El año 2019, que está tocando a su fin, está siendo uno de los más secos de los últimos 50 años, pero, sin duda para compensar, nos llueven las promesas. Si no, que se lo pregunten al Alcalde de Alajeró, quien cada legislatura promete más y más, con el ligero matiz de más y más “para los suyos”. De ahí que la presunta corrupción esté invadiendo las entrañas del Ayuntamiento, bien por vía de expedientes sancionadores presuntamente paralizados a conciencia, o presuntas irregularidades en materia de personal que últimamente están levantando ampollas, por poner dos de tantos ejemplos.
Por si fuera poco y con la que está cayendo, el espíritu municipalista del que tanto le gusta presumir a nuestro Alcalde, está en sus horas más bajas. Valga como ejemplo la sesión extraordinaria del pleno de ayer, miércoles 18 de diciembre, donde se debatió el presupuesto general del Ayuntamiento para el próximo año. Para empezar, el Secretario de la Corporación, ese que trabaja más que el peluquero de Zinedine Zidane, demostró estar más perdido que nunca.
Durante el desarrollo del pleno, el Grupo Municipal del que soy portavoz presentó un total de 10 enmiendas, muchas de ellas a instancia de los vecinos, y como era de esperar, nuestro estomagante Alcalde se encargó de que fueran vetadas todas y cada una de ellas. La solicitud del incremento de subvenciones para determinadas asociaciones, como la Asociación Española contra el Cáncer o los Bomberos Voluntarios, así como la potenciación de la promoción turística, que tanta falta nos va a hacer después del desastroso proyecto de la Avenida Marítima, fueron al mismo cajón sin fondo en el que supuestamente están los expedientes objeto de investigación por la fiscalía.
De otro lado, el Grupo Municipal ASG, consecuente con lo manifestado en la primera sesión plenaria de esta legislatura, se opuso nuevamente a las
retribuciones de los concejales. A este respecto, el Alcalde y los concejales socialistas, cómplices en la equidistancia de todas las irregularidades que acontecen, se encontraban durmiendo el sueño de los justos.
Podría extenderme largo y tendido, porque visto que el Ayuntamiento cumple con la regla de gasto y el objetivo de estabilidad presupuestaria, no se entiende el debate manido y la tacañería del primer Edil, quien ayer parecía un trilero, con sus tres cubiletes, preguntando ¿dónde está la bolita?.
Se está acabando el año, y quien piense que Alajeró tiene arreglo mientras sigan los que están, vive en una auténtica arcadia. Cuando pase el tiempo, que no sabe estarse quieto, comprobaremos que a nuestro bonachón Alcalde no se le habrá caído la cara de vergüenza. Y no será por falta de cara.
Héctor Manuel Cabrera Martín
Portavoz y Concejal del Grupo Político Municipal ASG en el Ayto. de Alajeró.