Metiéndome en internet veo la cantidad de opinadores que hay distribuidos en ese enorme territorio de la prensa digital. Puede ser que no todos sean personas capacitadas e inteligentes y, sobre todo, independientes, pero nada me hace sospechar lo contrario. Solo me sirve para contrastar con el llamado pensamiento único, que denuncia esta diversidad por quebrantar precisamente eso: su unicidad.
Hoy he leído un artículo que me he encontrado suelto por ahí y que se titula visca Andorra. Trata de los talentos españoles que se han refugiado en ese lugar para no ser objeto de persecuciones fiscales abusivas. No se si esto es correcto o es un canto a la insumisión tributaria. En cualquier caso, no es eso lo que me llama la atención sino el título en sí mismo. Visca Andorra siempre fue un grito para chinchar a un independentismo dormido en Cataluña durante los años del franquismo. Visca Andorra era el desiderátum de lo que no se podía obtener, un paraíso frustrado en el valle de Arán dependiendo de un obispo, como Monserrat dependía de un abad benedictino con el que nadie se atrevía.
En el Colegio Mayor donde yo estaba en Barcelona les gritábamos visca Andorra a los compañeros que venían de la Cataluña profunda, de pueblos escondidos en el Pirineo que poco tenían que ver con el cosmopolitismo. Hacíamos mal, porque no era necesario enervarlos, a pesar de que la mayoría había superado ese síndrome. Ahora me tropiezo con ese visca Andorra perdido en un digital y lo encuentro de una gran actualidad.
La gente acude al Diari de Andorra, o a Públic, para ver las encuestas ilegales que nos anuncian cada día cómo Puigdemont se acerca a Illa, y el grito de visca Andorra se transforma en una esperanza nacionalista más que en un insulto. Si le añadimos el visca Andorra lliure la cosa se sale. Veo los portales de la prensa nacional vetados para reproducir los trackings, y si pinchas para ver el sondeo te encuentras con un aviso en mayúsculas que dice: ERROR. Nuestra legislación electoral no lo permite, pero el morbo y la curiosidad superan cualquier situación, y la expectación, gracias a Andorra, aumenta por conocer la foto finish del domingo.
Illa ha dicho que la presidencia de la Generalitat no se hará en función de la aritmética parlamentaria en Madrid. Ya no le falta otra que se le persone Puigdemont el viernes en Barcelona haciéndole un Atocha. De estas cosas no se habla para no romper el efecto suavizante de la epístola de san Pedro a los corintios. Sin embargo, allí es otra cosa y la gente mira para Andorra y dice por lo bajinis visca Andorra mientras lava las esteladas y los lazos amarillos para volver a ponerlos en el balcón.
Si (
No(
