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Un presidente maquiavélico

Por José A. García Bustos
sábado 02 de diciembre de 2023, 15:10h

Pedro Sánchez es fascinante. Así lo definió Arturo Pérez-Reverte en su paso por el programa El Hormiguero hace unos días.

El escritor y ex periodista define al personaje como fascinante porque “es muy bueno representando al malo en el sentido maquiavélico, por su aplomo, descaro y cinismo. Es un pistolero, un asesino que no repara en nada. Es atrevido y valiente. No tiene escrúpulos ningunos. Es un personaje profundamente amoral. Es capaz de vender a su madre y entregar después a la nuestra diciéndonos que es la suya la que ha entregado”.

Pérez Reverte sabe de su oficio y si realizó tales afirmaciones ante 4,4 millones de espectadores.

Como no soy novelista no tengo nada que objetar. Soy economista y desde mi óptica no me produce fascinación alguna a pesar de que sea el único presidente desde 1978 que comparte materia de estudios con quien les escribe. La abrumadora mayoría de presidentes españoles en la democracia estudiaron Derecho. Todos excepto Calvo-Sotelo que estudió Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos.

Pedro Sánchez es Doctor en Economía y su tesis está guardada en secreto. Precisa de autorización personal del propio presidente para ser leída. Su título, por cierto, no parece tener mucho que ver con estudios económicos: “Innovaciones en la Diplomacia Económica Española de 2000 a 2012”.

Pues bien, en cuanto a su faceta de economista no me causa fascinación, aunque comparto su maquiavelismo a la hora de interpretar los datos. Pero no hay que engañarse, Pedro Sánchez no ha ejercido de economista ni ha gestionado una empresa en su vida. Su profesión es la de político y ahí sí estoy de acuerdo con Pérez-Reverte en lo maquiavélico del personaje.

Las mentiras a las que nos ha expuesto Sánchez no caben en esta columna ni en cien.

La última sonroja a cualquiera con dos dedos de frente. En un discurso organizado por la Asociación de Multinacionales y ante directivos de compañías como Huawei, Alibaba, Apple, Google o Amazon, Sánchez ha afirmado que “hace diez años nuestra economía estaba en el furgón de cola y hoy está a la cabeza de Europa”. Afirmar que estamos a la cabeza es como decir que nuestra economía está en la Champions League ¿les suena?

Sabemos que tiene vender España pero sus afirmaciones no resisten ni una búsqueda en Google. Supongo en que el maquiavélico presidente afirma que estamos a la cabeza de Europa por el dato de que la Comisión Europea prevé que España crezca un 2,4% este año. Lo que obvia es que un porcentaje no es nada si no conocemos su base sobre la que se calcula. Un crecimiento viniendo de las profundidades del abismo alivia el olor a podrido de los posos pero está lejos de decir que estamos de ver la luz o a la cabeza de Europa.

La realidad es que acabamos de conocer que España está entre los tres países con mayor tasa de pobreza de Europa, superado solo por Bulgaria y Rumanía. Si lo miramos en PIB per capita ajustado con la inflación estamos solo por encima de Croacia, Bulgaria o Grecia, muy por debajo de la media europea (un 15% por debajo). Además, España es líder en paro en los países de la OCDE, por delante de Grecia y Colombia. Todo muy de “estar a la cabeza”.

Lo he comentado en otros artículos y en lo que sí concuerdo plenamente con Pérez-Reverte es en que Sánchez sabe que el español olvida fácilmente. Estamos en una sociedad narcotizada que no se levanta ante las mentiras de su presidente, por grandes que sean, y que traga sapos y pasa página con facilidad. Así hasta la próxima mentira.

Así pues, ya nos tragamos lo del comité de expertos que no existió en pandemia, de confinamientos ilegales, de que no pactaría con quien no le iba a dejar dormir, de que la inflación fue por culpa de Putin, de una tardía y electoralista rebaja de impuestos en el queso y la leche mientras la inflación hizo que Hacienda batiera récord de recaudación oprimiendo nuestras economías familiares, o de que no iba a pactar con independentistas. Pronto dejará de hablarse de la amnistía. Y así, in aeternum.

Como dice Pérez-Reverte, Sánchez sabe que olvidamos pronto y nos ha tomado el pulso muy bien. Está jugando de manera inteligente con todos nosotros y estará en el poder lo que él quiera.

Acabamos de renovar su mandato. Para hacerlo llevadero veamos al personaje como extraído de una novela, tal y como lo ve Pérez-Reverte. No sé si la novela será de género cómico o de terror. Cuando menos de suspense. Suspense hasta conocer cuánto tardará en soltar su próxima mentira y cuánto tardaremos en digerirla.

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