Un modelo exitoso
domingo 16 de mayo de 2021, 06:00h
Por Paulino Rivero
La Televisión Canaria vuelve a colarse en el debate político. No es un asunto que trascienda a pie de calle, pero tiene una notable repercusión en el ámbito de los partidos y en el de las empresas vinculadas al sector audiovisual de nuestro Archipiélago. La convivencia de distintos actores y poderes desemboca inevitablemente en alineamientos, complicidades y empatías entre partidos políticos, empresas con intereses en el sector audiovisual y medios de comunicación que ven como una oportunidad la posibilidad de participar en el proyecto de gestión de un medio --radio y televisión-- que comenzó a emitir en agosto de 1999.
Coalición Canaria impulsó la puesta en marcha de la Televisión Autonómica de Canarias contra viento y marea. La mayoría de las fuerzas políticas de las Islas no entendían la necesidad de que Canarias contara con su propia televisión como ya ocurría en Cataluña, País Vasco, Galicia o Andalucía. Tampoco sintonizaban con la puesta en marcha del proyecto de la Televisión Canaria algunos medios de comunicación que creían amenazada su participación en el sector publicitario de las islas.
Las reticencias políticas y mediáticas a la puesta en marcha de la RTVC han sido completamente superadas y ya nadie duda del importante papel que la Radio Televisión Canaria juega en las islas. La Televisión Autonómica de Canarias, y, posteriormente, Canarias Radio la Autonómica, han tenido un protagonismo esencial en los avances producidos en la vertebración del Archipiélago como un solo pueblo.
La programación verdaderamente regional impulsada por la Televisión y la Radio de Canarias ha ayudado a reforzar los sentimientos de pertenencia e identidad de los canarios, siendo esa perspectiva perfectamente compatible con el sano orgullo de pertenencia a la Isla que nos vio nacer. Además, ambos medios --radio y televisión-- actuaron de dinamizadores de los medios públicos y privados implantados en Canarias, enriqueciendo la programación tradicional con nuevos programas de ámbito canario.
La creciente programación canaria en los medios de las islas, la revolución producida en el sector marítimo y aéreo en los últimos veinticinco años y la dimensión archipielágica que las empresas canarias comenzaron a implantar en sus negocios, han sido claves para reforzar el sentimiento de identidad en nuestra tierra.
El tenso debate que se produjo entorno al modelo de televisión que Coalición Canaria impulsó aquellos años llegó al Tribunal Supremo. El modelo de televisiones públicas imperante en España era ruinoso para las arcas públicas. Canarias necesitaba su propia televisión, pero con un modelo que limitara los recursos públicos dedicados a la misma. Por eso surgió el modelo de gestión de la televisión mixto --colaboración púbico/privada-- que más tarde sirvió de referencia a otras televisiones.
Paradójicamente, el obstáculo más importante que tuvo que superar el nuevo modelo que el Gobierno de Coalición Canaria impulsó --incorporando al sector privado para limitar la participación pública-- fue la oposición frontal del Gobierno de Aznar, en aquellos momentos firme defensor de la privatización de las televisiones. La batalla jurídico-política sobre la legalidad del nuevo modelo de televisión, impulsada por el ministro Rafael Arias Salgado y el Gobierno de Aznar contra el Gobierno de Canarias, culminó en el Tribunal Supremo. Esta vez, el Supremo dio la razón a la racionalidad y la sensatez del modelo planteado por Canarias.
Sorprende que ahora se cuestione un modelo de gestión de la televisión que ha funcionado y que ha racionalizado el dinero público dedicado a la misma, una fórmula que se ha apoyado en un modelo que ha sido ejemplo copiado por otras Comunidades Autónomas.