Un equipo sin identidad
miércoles 04 de noviembre de 2015, 14:57h
La llegada de Raúl Agné la pasada temporada sustituyendo a Álvaro Cervera se produjo después de haber caído el Club Deportivo Tenerife en Albacete. Llegaba de la mano del temible Alfonso Serrano, con un discurso que se separaba radicalmente del pragmatismo-antipatía de Cervera, e hizo lo posible para ganarse el cariño de los medios informativos más influyentes en el ámbito deportivo insular.
Futbolísticamente ha sido un entrenador que, en su idea de aprovechar la fortaleza defensiva existente y dotar al equipo de un aire más ofensivo, no terminó consiguiendo ni lo uno ni lo otro.
Quizás éste sea el mayor pecado de un preparador, la indefinición de su estilo: uno piensa al azar en un entrenador y reconoce su estilo, su forma de entender el fútbol. Con Agné no se sabe si es ofensivo o defensivo, si aboga por el repliegue o el pressing total, si prefiere el juego directo o la elaboración…
Durante su etapa al frente de los blanquiazules hemos visto una mezcla de estilos que ha acabado por convertir al Tenerife en un equipo sin identidad. Un equipo que ataca mal, defiende peor y que es de lo peor de la categoría en ambas áreas, ahí donde se ganan los partidos.
En descargo del aragonés, hay que decir que no tiene precisamente una de las mejores plantillas de la historia del CDT, tampoco de la Liga Adelante. Y además, sus mejores jugadores (los Suso, Dani Hernández, Aitor Sanz o Vitolo) están muy lejos de su mejor forma.
Otro entrenador más que se carga esta Junta Directiva, la de los mejores balances económicos y los peores balances deportivos de los últimos veinte años. Un mal, éste, quizás necesario debido a las malas gestiones anteriores, pero un mal, al fin y al cabo, que atormenta a los aficionados chicharreros.