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Tres mujeres para un cagón
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Tres mujeres para un cagón

viernes 23 de septiembre de 2016, 19:03h
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Poca sorpresa hubo al comenzar la gala con la esperada expulsión de Álvaro (son más de 100.000 personas las que han firmado pidiendo su salida), porque este chico se sentenció con varios comentarios despreciables hacia las mujeres y los animales. La organización no tuvo más opción que expulsarlo disciplinariamente, y he de admitir que cuando se lo comunicaron a Álvaro me dio pena. No quiero decir con esto que justifique sus palabras, pero daba pena. Resulta obvio que esto será una lección de vida para que aprenda que hay temas con los que no se puede frivolizar.

Aparte de esto, lo más esperado de la noche era el reciente affaire entre Adara y Pol. Contra todo pronóstico, el chico genéticamente perfecto (así se definía en su video de presentación) conseguía traspasar la línea de la amistad con Adara, aunque él había insistido en negarse a tener algo más que amistad con la madrileña.

Por su parte, la tensión entre Rodrigo y Adara cada vez va a más porque al chico le han tocado su ego y eso no lo puede perdonar; él pensaba en todo momento que Adara estaba coladita por sus huesos. Creo que aún lo sigue estando, pero en esa casa se ‘economizan’ los sentimientos y lo fácil para Adara después de los conflictos generados era apostar por una historia de “amor” con un Pol que desde un principio se lo ha puesto más fácil. Lo curioso de todo esto es que a pesar de que Pol ha conseguido su propósito no lo veo muy ilusionado con esta historia, creo que para Pol ha sido suficiente con haber ganado la batalla de gallos que se traía con Rodrigo y después de haber conseguido lo que para él era el trofeo ha perdido todas las ganas. Lo demostró en el momento en que en el club tenía la opción de darle el doble de puntos para la nominación a uno de sus compañeros y prefirió otorgarle el privilegio a su amigo Rodrigo antes que a Adara.

¡Ay, yo y mis sentimientos encontrados!. Hoy me pasa con Adara. Por una parte me parece bien que haya tomado las riendas de la situación y que con libertad haya cambiado de opción en un abrir y cerrar de ojos, pero, por otra parte, me parece que no se lo está montando del todo bien. Su ambigüedad invita a pensar en un plan bien trazado y no a un arrebato del corazón, que al final es lo que nos gusta a los que vivimos el programa con tanta intensidad. Todos pensamos en qué podrá pasar y qué podremos hacer antes de entrar, es inevitable, pero el buen concursante es el que no supedita su plan a la naturalidad y a los sentimientos que surjan espontáneamente.

Bendita tensión en la convivencia que está empezando a definir claramente los bandos. Los enfrentamientos entre Bárbara y Pablo vs. Miguel y Clara y sus correspondientes aliados hacen que un suspiro provoque una bronca por el color del cielo. Yo aquí voy con Clara y Miguel, van de frente a lo que salga, y además a la sobreactuada de Bárbara no la trago, no la veo real y le dice a cada persona justo lo que quiere escuchar. No me gustan esas personas. Por eso me alegro de que se haya ido Pablo, que peleaba contra Miguel para no dejar la casa a las primeras de cambio. Lo que Pablo no podía imaginar era lo que le esperaba para las próximas semanas. Casi nada.

Como ya hablamos, el invento de esta edición es el “club”. Y claro, qué es un club sin un contra-club, pues nada, por supuesto. La dinámica la cogen prestada de Supervivientes y juntan a los que vayan saliendo con antiguas primeras expulsadas, ni más ni menos que Maite Galdeano, María José Galera y Amor Romeira. Una combinación explosiva que además le da un giro a la trama de este año y podría alargarse ante un éxito posible. Unos genios allí en Fuencarral, nunca dejan de sorprendernos.

Lo que iba a ser un momentazo se nos vino abajo. Quien iba a esperar que al gofrero le diera un ataque de ansiedad generado por la presión. Nadie, esto no se puede guionizar, GH en estado puro. Ja, ja, ja. Pobre Pablo, vio lo que se le venía encima y lo dejó todo manga por hombro. Poco hombre para aguantar a esos tres animales televisivos. La actitud acaparadora de Maite nada más entrar en el contra-club le hizo tomar la decisión. Pablo, un penique por tus pensamientos de ese momento.

Y claro, sin Pablo, ¿qué pintaban ahí María José, Maite y Amor?. Pues nada, su misión de asesorar había caído en saco roto así que pa’ casa. ¡Vaya dramón!. Por nada del mundo me hubiese gustado estar en la situación de mi querida Amor. Te llevan con la ilusión de pasar un par de semanas, de nuevo, en Guadalix, y a este pánfilo le da un ataque de mieditis. Psss. Lo que hay que ver. Ahora a esperar al DBT a ver si a Pablo ya le subió el azúcar.

La expulsión de esta semana es cosa de mujeres: Bárbara, Meritxell y Candelas. A por Bárbara para que se le baje un poquito esos aires de grandeza que tiene y pueda volver con sus adorados seguidores de YouTube a los que tanto nombra. Muackssss

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