![rocket-league](/wp-content/uploads/2015/09/rocket-league-658x320.jpg)
No hay mejor manera de estrenar una sección de videojuegos que con una review de uno de los juegos top del verano: Rocket League. Es muy posible que a muchos os suene si tenéis la tendencia de seguir a canales de videojuegos en la plataforma online YouTube. En caso contrario, aquí tenéis un comentario respecto al juego.
Rocket League es un título que aboga por el "menos es más". Con un solo clic después de la instalación, ya podemos empezar a jugar. El escenario nos traslada a uno de los múltiples estadios de juego, pulidos por unos gráficos impresionantes y limpios. Para los que no sepáis de qué trata el juego, su fundamento es simple: partidos de fútbol online... con minicoches como jugadores CON PROPULSORES DE COHETE. Se puede literalmente correr por las paredes, volar con el turbo, meter goles a un ritmo frenético e incluso guardar partidos para volverlos a ver luego. Y todo esto, con un armatoste por pelota plantado en el medio del campo.
Con esta idea atrevida, aparentemente ridícula y absolutamente innovadora, Rocket League ha arrasado literalmente con el mercado de videojuegos. Se presenta ante el jugador algo nunca visto, sencillo y fresco, y presenta multitud de ventajas que en la actualidad se agradecen, como el sistema multiplataforma para que los PC gamers puedan compartir tardes enteras con sus amigos que juegan en PS4.
Des del primer momento, Rocket League ofrece las mismas posibilidades al novato que al experimentado, sin bonus ni opciones extra, solo cuenta tu habilidad. Con un par de horas ya te sientes capaz de hacer jugadas impresionantes, dribles que dejan al rival de espaldas y goles épicos en el último segundo. Eso es una grandísima ventaja para el jugador reciente, pero a la vez puede ser un arma de doble filo para aquellos que ya le han dedicado varias tardes. Y es que Rocket League siempre ofrece lo mismo. Las únicas opciones de personalización en el garaje, aunque MUY amplias y basadas en el desbloqueo a través de logros, se basan en pura estética, apostando solamente por los gustos del jugador en cuanto a look se refiere, y eso hace que el juego no permita a uno experimentar con varios parámetros (como velocidad, aceleración o resistencia), creando así una sensación de repetitividad que en cada partido se agudece. Con todo, Rocket League no da demasiados alicientes al jugador para echar otra partida excepto el reto entre colegas, el pique de "esta vez no me vas a ganar", y el sistema de partidas clasificatorias por puntuación.
A primera vista, Rocket League lo tiene todo para establecerse en el éxito más rotundo, y así lo ha demostrado creando una fórmula única. Así pues, queda en el aire saber si su popularidad ha sido un simple pelotazo o la idea servirá para la inspiración de futuros títulos.
Existe una amplia variedad de opiniones, de entre las cuales algunas pronostican la corta duración de la popularidad de este juego. Ante todas ellas, estamos expectantes de oír las vuestras. ¿Habéis jugado? ¿Os han entrado ganas de jugar? Decídnoslo sin tapujos!