Resulta notoriamente mucho más gratificante la lectura de este tipo de noticias, cuando la Justicia ampara en unas condiciones especiales del ciclo de vida de esta anciana.
No me refiero a que se actúe con otro tipo de justicia, o más, no, sino que en estos casos al sentirnos más cerca del supuestamente más vulnerable y débil, nuestro subconsciente se encuentra inclinado incondicionalmente a la protagonista.
Por supuesto, que el fallo de Su Señoría, hubiese igualmente estado ajustado a derecho en las mismas circunstancias en otro supuesto de ajenidad, pero que quieren que les diga, en este caso concreto, se notan otro tipo de latidos en el interior del ser humano.
Por otra parte, el que me considere políticamente agnóstico, no quita mi reconocimiento al partido político y persona que salió en su defensa.
En el orden jurídico, me hubiera gustado leer la Sentencia del Tribunal, pero pese a mi peregrinar por el nº 5, y la falta de atención telefónica en las distintas Secciones del T.S.J., mis intentos resultaron fallidos.
Sobre todo, al haber leído en este diario la solicitud al Ministerio Fiscal, que la admitiera “por delitos de estafa y falsedad”.
Y es que al no tener acceso al Expediente o Sentencia, me hubiera gustado consultar si los hechos acaecidos, hubieran sido susceptibles de ser calificados como: ENRIQUECIMIENTO INJUSTO.
Esta figura, tiene su origen histórico en el Derecho Romano, para posteriormente ser asumido por LAS PARTIDAS DE ALFONSO X EL SABIO (nadie debe enriquecerse torticeramente causando daño a otro), posibilitando la reclamación reparadora.
Como Principio General de nuestro Derecho, es aplicable tanto al sector privado como al público, no siempre bajo ciertas controversias alusivas en cuanto a la falta de delimitación del mismo e igualmente a su origen y aplicación práctica.
En este aspecto hay que señalar la importancia que supone para el juez la carga de la prueba y las funciones periciales.
Pero aún así, su valor doctrinalmente expuesto, y basado en que muchos contribuyentes vienen observando con inusitada frecuencia, contingencias que nos apartan casi a diario del concepto justicia, para convertirlo en algo injusto e impropio a nuestros ojos, como el tema que nos ocupa.