El diputado del Grupo Parlamentario Podemos Canarias Manuel Marrero ha advertido a la consejera de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad del Gobierno, Nieves Lady Barreto, del peligro que supone tener un “cementerio incontrolado de neumáticos” en Arico, una zona de casi 79.500 metros cuadrados de la que el Ejecutivo regional se ha desentendido “del control” y aplicar la vigente normativa de gestión de residuos y medioambiental.
“Ya hace más de un año, el pleno del Ayuntamiento de Arico acordó abrir expediente a la Planta Insular de Residuos Sólidos (PIRS) por el depósito incontrolado de neumáticos y además se presentó una denuncia ante la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural (Apmun) del Gobierno de Canarias por la acumulación de neumáticos fuera de uso en el Complejo Ambiental de Tenerife, más conocido como PIRS, situado en el municipio de Arico y de la misma nada más hemos sabido”, ha espetado Marrero a la consejera en la Comisión de Política Territorial y Sostenibilidad celebrada este jueves.
Según Marrero, esa denuncia en materia ambiental y urbanística solicitaba que “se abriera expediente y la adopción de las medidas cautelares para garantizar la protección y seguridad de las personas”, toda vez que en las instalaciones “no se aprecia que el suelo de la zona de almacenamiento, accesos y viales estén dotados de un sistema de recogida de aguas superficiales” y, además, “algunas de las zonas de almacenamiento no están compartimentadas en celdas o módulos independientes para evitar la propagación del fuego en caso de incendio”.
“El depósito de neumáticos en el PIRS de Arico ocupa una superficie total de 79.491,81 metros cuadrados y se puede considerar como uno de los mayores vertidos de neumáticos de todo el Estado, ya que el de Seseña, el vertedero de neumáticos de Toledo que sufrió un incendio, tenía una superficie de 112.000 metros cuadrados”, ha recordado Marrero en sede parlamentaria”.
El diputado de la formación morada ha recordado que fue en el año 2004 cuando se vertieron 1.243 toneladas de neumáticos en el PIRS y que, según se desprende de la Memoria de Información del Plan Especial de Ordenación de Residuos de Tenerife, ya se consideraban como “residuos peligrosos”, por lo que se pagaba a los transportistas “para que procedieran a su posterior trituración”.
Impacto para la salud
Un año más tarde, y según se desprende de fuentes del Cabildo de Tenerife y del Ayuntamiento de Arico, “existía constancia de posibles problemas ambientales y de impactos para la salud, así como de posibles incumplimiento de normas por estos vertidos”, hasta el punto de que en el año 2007 el propio Cabildo manifiesta su interés para la utilización de estos vertidos para proyectos en obras de asfaltado y en 2013 se aprueba el reciclado de los vertidos de neumáticos.
Sin embargo, según se puede desprender de las fotografías aéreas oficiales del Sistema de Información Territorial del Gobierno de Canarias realizadas en 2016, la superficie actual del “cementerio de neumáticos” supera ya los 79.000 metros cuadrados “sin que el Gobierno haya hecho nada para aplicar la normativa de gestión de residuos y medioambiental”.
El diputado ha recordado que las poblaciones situadas en torno al vertedero, como El Río de Arico y los núcleos de San Miguel de Tajao “durante muchos años han sufrido los olores putrefactos por las noches cuando el aire baja de la cumbre de Guajara y Pasajirón, los líquidos lixiviados que llegaban hasta el mar, los mosquitos, las ratas y los plásticos que inundan las zonas de cultivo aledañas”.
Ahora, además, esta ciudadanía corre el riesgo de que un posible incendio emita grandes cantidades de sustancias que pueden ser perjudiciales para la población que se vea afectada por el humo, pues dichas sustancias son 16 veces más mutagénicas que la combustión de madera en las chimeneas caseras y 13.000 veces más mutagénicas que las emisiones de una instalación de carbón.
Durante la quema de neumáticos se emiten grandes cantidades de partículas en suspensión, monóxido de carbono, bióxido de azufre y óxidos de nitrógeno, además de hidrocarburos aromáticos policíclicos, dióxinas, furanos y metales pesados como arsénico, cadmio, níquel, zinc, mercurio, cromo y vanadio.
“El pueblo de Tenerife y las autoridades insulares siguen teniendo una deuda con los habitantes de Arico, que han sido solidarios con el resto de la isla y que han sufrido y sufren lo indecible con este vertedero a las puertas de sus casas y el Ayuntamiento y los vecinos siguen esperando respuestas a las denuncias y expedientes que aún siguen sin resolverse”, ha concluido Marrero.