Por primera vez en lo que llevamos de democracia, hemos conocido un CIS que no deja contento a nadie.
Los menos contentos, empezando por la esfera regional, son los de nuestra regia dinastía particular, Coalición Coalición (ya casi ATI, aunque esa es otra historia). Ni siquiera la inclusión de Bérmudez por el chaquetero Alonso cambia la dinámica rectora de los últimos lustros que constatan lo que llevaba un tiempo siendo un secreto a voces: CC en Madrid no pinta nada, salvo para comisiones inservibles en muchos casos donde la cara de Ana Oramas queda muy bien en las fotos. Ella es la única que no está nerviosa, porque al parecer le tienen reservada la plaza en la Oficina del Gobierno de Canarias en Madrid, pa' que siga haciendo sus cosas en la capital, que bien ocupada está. Eso decía hace unas semanas Andrés Chaves en su Superconfidencial, y sí lo dice Chaves, me la juego a que será verdad.
Pero que nadie se engañe, el presidente Clavijo el primero, si CC no arrastra lo suficiente para llegar a la orilla con un escaño, el fracaso es estrepitoso, con el agravante que supone hab er podido hacer algo y no hacerlo. 'So long, farewell' para muchos. Ya es hora de refundar un partido que hace años que no es ni la sombra de lo que fue.
El sismo provocado por la alianza Unidos Podemos hace que el PP pierda escaños pero gane votos, C's tres cuartos de lo mismo y el PSOE mira a su líder (por llamarlo de alguna manera) a ver si de su inerte sonrisa consigue sacarse un verbo que suene creíble para que el desastre no sea de órdago. Lo será, porque hasta el CIS lo dice -solo faltaba un titular que dijese: "pero echen a este tío ya". El PSOE tendrá que reformularse también.
Es curiosa esta alianza entre Izquierda Unida y Podemos, fuerzas contrapuestas en sus inicios que han puesto por delante los intereses electorales por encima de los programáticos, y nos embarga la curiosidad por ver cómo establecerán su grupo parlamentario una vez se configure el nuevo Congreso. ¿Alguien se cree que Garzón tendrá potestad para chistarle aunque sea un poco a Iglesias?. Este tampoco está contento porque sabe que le beneficiaba más una previsión menos optimista del barómetro de CIS, que rebajase las posibilidades de una movilización masiva para intentar rebajas las pretenciones de esta nueva izquierda que está menos unida que nunca, aunque nos quieran hacer creer lo contrario.
Barómetro dixit.