Los últimos años han sido duros y han venido cargados de problemas de índole social, económica, sanitaria…. Aun así, nos hemos mantenido fuertes, los tinerfeños hemos mostrado nuestra rudeza ante las dificultades y hemos luchado por construir el mejor futuro posible.
Por eso,
exigimos que Tenerife se ponga en marcha, que los motores de nuestra Isla arranquen como los de un gran avión y despeguen para volver a volar a lo más alto, pero para ello necesitamos una ruta.
Una ruta marcada por la recuperación del liderazgo de Tenerife, que siempre ha sido una isla de referencia, pero en los últimos años ha ido en decadencia. Para ello, necesitamos poner en marcha todas aquellas iniciativas que nos lleven a convertirnos en el baluarte económico y social de Canarias, a acabar con el inmovilismo y a exigir lo que todos los tinerfeños merecemos.
Debemos mejorar la movilidad y hacerla más sostenible. Trabajamos para ello, pero cada administración debe asumir sus competencias y obligaciones. Necesitamos la implicación del Gobierno de Canarias para llevar a cabo el tercer carril de las autopistas del norte y del sur y su consecuente inversión o para iniciar, de una vez, el tren del sur. Debemos poner a Tenerife a la altura de las demás islas, y si para ello es necesario un desequilibrio inversor, que así sea, pero los tinerfeños no vamos a seguir aguantando este agravio comparativo respecto al resto de islas.
En esta línea, también exigimos nuevas y renovadas infraestructuras que satisfagan las necesidades de todos los ciudadanos. Y cuando digo todos, son todos: los tinerfeños del área metropolitana, pero también los del Norte, del Sur y de cualquier rincón de la Isla. Por equidad en las últimas décadas se ha producido un importante desequilibrio inversor para realizar infraestructuras en islas como La Palma, Fuerteventura o Gran Canaria; ahora toca que Tenerife sea quien reciba para que tenga infraestructuras de primera que respondan a las necesidades de los tinerfeños.
Necesitamos puertos como el de Fonsalía, que nos permitan conectarnos con las islas vecinas, pero también infraestructuras aeroportuarias que estén a la altura de la cantidad y la calidad de usuarios que los frecuentan. Requerimos hospitales integrales tanto en el Sur como en el Norte para evitar los desplazamientos de quienes viven lejos de la zona metropolitana, y también exigimos nuevos proyectos de movilidad más rápidos y menos contaminantes, como puede ser el del Tren del Sur.
Para consolidar nuestra economía debemos diversificarla, por ello este año será necesario progresar en la innovación. Queremos industria, tecnologías y talento, tenemos que convertir a Tenerife en un lugar de atracción de inversiones en este sector y que no vuelva a perder más trenes, como sucedió en el pasado. Tenemos una Isla cargada de oportunidades para la industria tecnológica, con unas condiciones de trabajo y de vida envidiables. Esto nos facilitará, no solo impulsar nuestro crecimiento económico, sino también atraer el talento.
Un talento, que tampoco debemos dejar marchar, por lo que debemos poner la mira en los jóvenes, que son nuestro futuro. No queremos tener que pedir que las nuevas generaciones vuelvan a casa por Navidad, sino que se queden. Hay que brindarles oportunidades que les permitan desarrollar sus habilidades y aumentar su experiencia, tales como planes de empleo, becas, programas formativos… necesitamos inversión en la juventud para evitar que se vayan a buscar en el exterior las oportunidades que no encuentran en Tenerife, para ello trabajamos.
Además, pensando precisamente en ellos, necesitamos avanzar hacia la sostenibilidad. Debemos apostar por las energías renovables, acabar con las aguas negras e impulsar el reciclaje de residuos, entre muchas otras acciones. Tenemos la suerte de vivir en un paraíso que es la envidia de todos sus visitantes, pero también tenemos la obligación de salvaguardarlo.
Además, tenemos la obligación de crear una isla solidaria, que dé respuesta a quienes más lo necesitas y que dote de recursos a los colectivos más vulnerables como pueden ser nuestros mayores, las personas con dependencia o quienes están en riesgo de exclusión.
Para ello, entre otras cosas, pedimos hogares. Hablo de poner en marcha programas que potencien la construcción de vivienda pública, para que los tinerfeños puedan acceder a un precio razonable a lo que es un derecho. Además, también incentivaremos la construcción de viviendas privadas.
Por último, pero no menos importante, debemos apostar por el deporte y la cultura como señas de identidad y como garantías de futuro, ya que tanto uno como lo pueden ser elementos tractores de la economía. Para ello, apoyamos proyectos de municipalización de la cultura para llegar a cada rincón de la Isla y convertiremos nuestras fiestas más populares, como los Carnavales, en un elemento más de atracción y riqueza que nos personalice ante el exterior.
Parece que es mucho lo que pido para este año, pero no es ni más ni menos que lo que Tenerife se merece: un nuevo futuro en el que los tinerfeños cogemos las riendas de nuestra isla y exigimos lo que nos corresponde.