¿Nuevos nubarrones impositivos sobre el cielo canario?
Por
Jesús Antonio Rodríguez Morilla
viernes 20 de diciembre de 2019, 16:48h
El Presidente del Gobierno Canario atento ante cualquier eventualidad
Desde hace unos meses, se viene publicando en los Medios de Comunicación la posibilidad de aplicar una Tasa a la Compañías Aéreas y otros Medios de Transportes como forma de incentivar la búsqueda de otras soluciones para reducir las altas emisiones actuales.
En la pasada Cumbre del Clima, tuve ocasión de Preguntarle al presidente del Gobierno Canario, qué opinaba sobre el run-run, qué corría por los pasillos de Berlaymont respecto a la creación de una Tasa adicional qué gravaría a las Aerolíneas por la emisión de C02, considerando qué dicha Tasa, repercutiría como de costumbre, en el destinatario final, o lo qué es lo mismo, en el viajero, dentro de la distancia de Zona Periférica en la que según UE, están consideradas las Islas Canarias.
Añadí, qué se trataba de una antigua aspiración de la UE qué ya en la época se Hillary Clinton, como Secretaria de Estado, tuvo comentarios en el sentido de ponerle en marcha esta Tasa qué gravara a los aviones USA qué volaran a Europa.
Cuenta algún oyente de conversación, ya que la charla se sostuvo telefónicamente, qué a la Secretaria de Estado, le entró un ataque de risa, y adelantándose al “estilo” Trump, les comunicó qué probablemente ante la adopción de tal medida, aplicarían reciprocidad, pero con un gravamen superior y qué posiblemente no le conviniese a nuestra Institución. Parece ser qué ahí acabó el intento.
La respuesta del Presidente fue tranquilizadora en el sentido de qué ya se habían puesto en marcha distintos mecanismos con otros Organismos encaminados a la mejor solución al problema.
De nuevo rebota este tema con intento de polémica ficticia, ya que una declaración política o simbólica de 9 Estados Miembros favorables a la creación de dicha Tasa, carece por ahora de valor jurídico en la U.E, aunque continuará latiendo en los próximos meses.
Algo parecido ocurrió igualmente con una declaración reciente de EMERGENCIA CLIMÁTICA, dictada por el Parlamento Europeo y la Comisión. Repito debió tratarse de una especie de simulacro jurídico sin valor, pero sí con probables efectos emocionales.
Pretendo con ello manifestar sin intención de aportar espejismos de tranquilidad a la población canaria, y aun comprendiendo su justificada inquietud, por su distancia y dependencia del transporte aéreo, qué esta sería una operación compleja, con los países del este de la UE contrarios a más medidas de carácter impositivo y con demasiados intereses políticos alrededor, además de los tecnológicos, qué no se resolverían a corto-medio plazo.