www.canariasdiario.com

Nueva creatividad

Por Julio Fajardo Sánchez
viernes 02 de febrero de 2024, 00:50h

El artista holandés Jeroen van der Most muestra una réplica de su mente creativa, por medio de Inteligencia Artificial, en una pantalla LED de 193 metros cuadrados. No sé si llegaré a entender algo. Imagino que no. Pertenezco al mundo limitado de las inteligencias naturales, de las vulgosferas denostadas por el ámbito de los elegidos.

Durante el siglo XX, más bien a sus principios, asistimos a la presentación de corrientes de vanguardia que se quedaron en nada. No pudieron evitar terribles guerras, hambrunas, revoluciones fallidas y teorías que acabaron enfrentándose con el común de las cosas. En realidad, no aportaron mucho para el progreso personal y social, salvo la creación de grupos minoritarios que se sentían en la avanzadilla de la modernidad cuando no hacían otra cosa que repetir modelos que iban a ser caducados de inmediato. Es asfixiante verse acosado por este cerco de tecnología avanzada que tiende a abrumarnos, cuando no a anularnos con sus propuestas.

Yo sigo superviviendo con mi inteligencia de bolsillo y no dispongo de una pantalla gigante para mostrarle a los demás cómo funciona. Es algo humilde y anticuado que se rige por un concepto obsoleto que se llama lógica. La lógica tenía en cuenta a una multitud de premisas, estrechamente vinculadas para llegar a una conclusión, no siempre acertada. Teníamos la duda como eje fundamental de nuestro pensamiento. Ahora consideramos a alternativas binarias para establecer la seguridad de lo que nos convence. Es la disyuntiva entre el sí y el no, entre lo verdadero y lo falso, que tiene como resultado el no es no y la verdad absoluta, el paraíso y la fachosfera.

Confieso que jamás estaré a la altura de ese Jeron van der Most para enseñar los secretos de mi mente creativa. Mi mente creativa utiliza procedimientos pobres como la asociación de ideas, el conocimiento y la memoria, un almacén de datos alimentado por el esfuerzo de la información, el estudio y la digestión intelectual de aquello que se asimila por medio de los sentidos. No dispongo de otra cosa. Con este equipaje de pobreza me defiendo como puedo. En ocasiones pienso que esto está construido como un castillo de naipes, que al primer soplo se vendrá abajo porque no estoy al día en las cosas que se llevan, estoy fuera. Pero luego recapacito y repaso la vida de tantos hombres que defendieron al mundo con lo poco que les permitía su inteligencia, una herramienta sencilla, sin manipulación alguna, que no temía por su permanencia.

No estoy a la altura, no comprendo la verdad que se impone como única; soy un inadaptado que se ha quedado sin un método para entender las cosas. Hace unos días estuve con unos amigos matemáticos que se empeñan en plantear problemas con juegos de palabras; son los descubrimientos de lo que está oculto en las estructuras de las cosas vulgares. Yo me dedico, de vez en cuando, a pensar en cómo pienso, y encuentro un camino de seguridad para continuar adelante. Después contemplo el ámbito de las relaciones humanas y lo veo difícil, siempre lleno de incomprensión debido a la diversidad de alternativas, y llego a la conclusión de que la única salida está en fortalecer ese sistema sencillo que se encuentra en nuestro cerebro, y que recurrir a la artificialidad no nos lleva a ninguna parte. De modo que creo innecesario sorprenderse porque un artista haga el montaje de enseñarnos cómo funciona su mente creativa en una pantalla LED de 193 metros cuadrados.

Y así con todo.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios