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La táctica del avestruz

Por Miquel Pascual Aguiló
viernes 12 de marzo de 2021, 06:00h

Aunque la idea de que el avestruz refugia la cabeza debajo de la tierra frente a situaciones peligrosas no es más que un mito, “No escondas la cabeza como el avestruz”, solemos decirle a todo aquel que no afronta, que esquiva las confrontaciones, que huye ante las responsabilidades y que escapa a los problemas, o para fingir que los problemas y los peligros no existen.

¿Acaso son reconocidos por poner los huevos más grandes entre sus congéneres? No. Estos simpáticos animalitos han sido condenados a pasar a la historia como unos cobardes.

Muchos historiadores coinciden en que el mito de que los avestruces esconden la cabeza en la arena comenzó con un gran pensador romano, Plinio el Viejo (23-79 d.C.), quien escribió su Historia Natural, en 37 libros, una de las primeras enciclopedias y que fue un notable intento de resumir todo el conocimiento conocido por los romanos. En el libro diez, capítulo uno, escribe: “Ellos (los avestruces) imaginan que cuando han escondido su cabeza y su cuello dentro de un arbusto, todo su cuerpo está oculto”. Es posible que esta idea se haya sostenido y amplificado a partir de la observación del comportamiento de los avestruces en diferentes situaciones.

Aunque la táctica del avestruz sea un mito, lo que no es un mito es la cobardía de Pablo Casado y del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular. Su portavoz en el Congreso de los Diputados, Cuca Gamarra, y el portavoz del Grupo Popular en el Senado, Javier Maroto, han asegurado este martes que nadie de la Ejecutiva va a hacer valoraciones de las declaraciones del extesorero del PP, Luis Bárcenas, siendo así “consecuentes” (o sea, obedientes) con la decisión “estratégica” que anunció el líder de su partido, Pablo Casado, ante el Comité Ejecutivo de la formación, el pasado día 16 de febrero.

Para que nos entendamos, la gran estrategia de Pablo Casado es no responder a las preguntas sobre la corrupción de su partido que está desvelando por capítulos su extesorero, Luis Bárcenas, como si creyeran que no contestando, o sea. escondiendo la cabeza, la corrupción y el tufillo que desprende fueran a desaparecer y que la gente dejará de estar preocupada y, por lo tanto, dejará de ir preguntando e indagando hasta que toda la podredumbre de los peporros salga a la luz y todos los culpables paguen sus delitos, y a ser posible devuelvan el dinero.

La estrategia sigue siendo que el Partido Popular de la corrupción es una cosa del pasado y que no tiene nada que ver con el Partido Popular actual. El gran estratega Pablo Casado, el gran estratega de la táctica del avestruz hace solo unos días, el pasado martes día tres, coincidiendo con el 25 aniversario de la victoria del PP en las elecciones generales de 1996, reivindicó el legado de los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, y avisó de que “pinchan en hueso los que pretendan dividir a la nueva generación” del partido con sus predecesores.

¿En què quedamos? ¿Es el PP de ahora un partido diferente al de Aznar y Rajoy? ¿De verdad cree, como ha explicado, que ese “orgullo” por el legado de sus antecesores es “compatible” con intentar “erradicar cualquier conducta que no haya sido ejemplar”?¿Por qué se produce este cambio, uno más, de criterio tan solo dos semanas después de que, ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP, anunciara que el PP dejará la histórica sede del partido en la calle Génova 13 como consecuencia de la apertura del juicio sobre la presunta caja B del partido y las revelaciones del extesorero, Luis Bárcenas, y decir que era para dejar el lastre que suponía que se estuviera investigando si esta sede se había pagado con el dinero negro de las mordidas del Partido Popular, por las concesiones a dedo de obras públicas en los tiempos de Aznar y de Rajoy?

Mientras tanto, si Pablo Casado monta un circo, seguro que le crecen los enanos. ¿Capisci?

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