China ha intentado desvincularse de esta pandemia desde el primer día.
Fueron ellos quienes le cambiaron el nombre al virus en un primer lugar llamado virus de Wuhan y que de motu propio pasó a ser Covid 19, aunque ya existían otros seis Covid y nada parecidos a esto. En la historia tenemos otras pandemias con el nombre de la ciudad o país en el que se originó y que no fueron modificados por algo más genérico como por ejemplo la gripe española. Pero los chinos querían claramente alejarse de cualquier responsabilidad.
Un país inmenso que reporta cifras difíciles de digerir, con un escaso total de 4635 muertos a día 14 de enero de este año, cuesta entender como han conseguido reducir una pandemia global a una anécdota para lo que hubiera podido ser con la dimensión de su población. Qué han hecho tan bien o nosotros tan mal sigue siendo una incógnita y siempre me lleva a la misma reflexión, que saben ellos que no sabemos nosotros.
Parece hasta impensable que un país de mil cuatrocientos millones de habitantes haya sido capaz de controlar semejante pandemia en tiempo record, sus súbditos haciendo vida casi normal, celebrando el año nuevo local por todo lo alto mientras nosotros seguimos surfeando las olas de la mano de un epidemiólogo aficionado no sé si a la medicina o al deporte y sin vacunas suficientes ni tan siquiera para la mitad de nuestros ciudadanos.
Un año entero de intensas negociaciones le ha costado a la Organización Mundial de la Salud para que China aceptara la visita de un grupo de diez expertos al epicentro de la pandemia. El viaje a Wuhan no tenia otro objetivo que el de identificar el origen del virus cuyo origen animal es dudosamente creíble y el de encontrar posibles respuestas para evitar otro episodio igual en el futuro. Propósito que debería ser de máximo interés para cualquier país del mundo y que China ha intentado bloquear, retrasar e incluso cancelar en varias ocasiones.
Llama la atención que en algunos aeropuertos del mundo donde la actividad sigue siendo frenética y donde por supuesto se cruza uno con ciudadanos de países distintos entre ellos China, observa como estos últimos van forrados con monos de material desechable como si de cirujanos se tratara y automáticamente me vuelve a la mente una vez más…..que saben ellos que no sabemos nosotros!