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Estados (des)Unidos de América

Por José A. García Bustos
sábado 05 de diciembre de 2020, 09:42h

Sigo sin ver reflejado en los medios nacionales lo que está ocurriendo estos días en Estados Unidos y me pregunto por qué no aparece, aunque lo intuyo. Y es que están pasando cosas importantes desde el día de las elecciones. Tanto es así que, por primera vez, me he dedicado a indagar lo qué ocurre en unas elecciones a miles de kilómetros de mi país. Tan lejos pero, a la vez, tan cerca.

Quien sea el nuevo presidente de Estados Unidos será la cara visible y el ejecutor de una de las dos formas de entender el nuevo paradigma que regirá la economía mundial. El modelo que se inició en Bretton Woods ya ha llegado a su fin. Bueno, realmente acabó cuando Nixon abandonó el patrón oro en 1971. Hoy se está poniendo punto final a todo lo allí definido.

Biden representa el interés de las élites que defienden el neocapitalismo financiero y el Gran Reinicio del que se hablará en enero en Davos. Es un concepto que nos quiere llevar a la globalización, los negocios en Internet y la robotización. Es lo que llaman la Cuarta Revolución Industrial, cuya definición y propósitos se pueden ver en la página del Foro Económico Mundial.

Este grupo de interés apoya a Biden. Es el que controla la ONU, el Fondo Monetario Internacional, la Reserva Federal, el Banco Central Europeo o las grandes compañías, entre los que se incluyen los principales medios de comunicación. Su principal brazo ejecutor es Blackrock, el mayor fondo del mundo. Por ejemplo, este fondo es el máximo accionista del Banco Santander y de BBVA. Se dice que Blackrock es capaz de presionar a gobiernos de todo el mundo. Gracias a su colaboración con el Banco de España, tuvo información privilegiada y en 2008 realizó importantes inversiones en el sector bancario e inmobiliario.

Y, por otro lado, se encuentra lo que representa Trump, que pretende un modelo más regionalista y menos global. Según Daniel Estulin, detrás está la antigua nobleza europea y el antiguo Vaticano. No quiere el Gran Reinicio. Tiene otros planes.

La economía mundial, con el permiso de China, será una u otra a partir de ahora según quien gane las elecciones americanas. Y para ganar, presuntamente se han empleado técnicas fraudulentas. Presunta y presumiblemente ha existido fraude. El hecho es que no hay día que pasa que no lleguen pruebas de que no han sido unas elecciones limpias. Cada vez le queda menos tiempo a los abogados de Trump para demostrarlo pero dicen haber presentado a los tribunales cientos de testimonios jurados (affidavits) y vídeos que ponen los pelos de punta. Ni en una república bananera.

El State Farm Arena fue la sede de un recuento de votos en el estado de Georgia. Pues bien, existe un vídeo en el que se ve que tras irse casi todo el mundo, incluso la prensa, empieza a entrar gente que se dirige a una apartada mesa con mantel negro. Esa mesa se había colocado ahí esa misma mañana y tenía un secreto bajo el oscuro cubrimiento: cajas con montones de papeletas con votos que fueron sacadas cuando nadie observaba. Empezaron a contarse y dieron la vuelta a los resultados, en beneficio de Biden.

Si a esto le añadimos los votos asignados de manera fraudulenta, según pretenden demostrar los abogados de Trump, por parte del programa informático Dominion, el escándalo está servido.

Estados Unidos es un país dividido pero más aún lo estará cuando se sepa quién va a gobernar los próximos cuatro años. Si gobierna Biden, los seguidores de Trump hablarán de engaño y saldrán a las calles mostrando insumisión ante el que considerarían un presidente no legítimo que ha hecho trampas. Si gobierna Trump será porque ha demostrado el fraude electoral y algunos supuestos de alta traición de altos cargos en todo el país. Comenzaría una oleada de detenciones que haría que los demócratas salieran a las calles.

En cualquier caso, la tensión postelectoral parece ser insalvable.

Ray Dalio, una de las mentes más claras y uno de los pocos que vio venir la crisis de 2008, augura tensiones en Estados Unidos que, de no controlarse, podrían desembocar en una guerra civil. El caldo de cultivo ya se ha puesto con las revueltas de los últimos meses.

El argumento de Dalio está basado en el diferente momento en que se encuentran Estados Unidos y China en el gráfico que resume las fases de inicio y caída de los imperios. Si bien China se encuentra en una fase de prosperidad y la fase ascendente de inicio de una burbuja de deuda, Estados Unidos se encuentra en la fase decadente, con un exceso de deuda y la impresión desmesurada de dinero, antesalas de pobreza a gran escala, revueltas sociales o guerras que acaban en una reestructuración o condonación de la deuda para dar lugar, más tarde, a la aparición de un Nuevo Orden Mundial. Esta escala de sucesos es la que se han repetido en la Historia y ha dado paso al auge y caída de los imperios. Es lo que le pasó al Imperio Romano.

Las elecciones americanas pueden ser la chispa que inicie un gran conflicto. Los resultados están a la vuelta de la esquina pero no me hagan caso, debo estar equivocado. Miren el resto de la prensa del día. No hablan de nada de esto. Solo se hace mención al mal perder de Trump, a sus salidas de tono y a lo antidemocrático que es al no aceptar los resultados ¿Me estaré volviendo un conspiranóico?

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