La Organización Mundial de la Salud (OMS), a fecha de hoy, mantiene que el COVID19, se trasmite, de forma prioritaria, por los virus expulsados por los infectados, depositados en la superficies o con los contactos cercanos.
Una corriente de científicos independientes, multidisciplinar, basados en los nuevos conocimientos, orienta el gran volumen de contagios hacia la trasmisión por aerosoles generados en la respiración. Unos de los científicos más activos en la defensa de este planteamiento es un ingeniero español, autoridad mundial en la transmisión de la Covid-19, el Dr. José Luis Jiménez. Doctor en Ingeniería por el MIT y catedrático de Química y Ciencias Medioambientales en la Universidad de Colorado, ha recibido varios reconocimientos de la NASA. Es uno de los investigadores más reconocidos en el campo de los aerosoles. Forma parte del grupo de los 239 científicos internacionales que se han dirigido a la OMS y a la comunidad científica aportando argumentos y evidencias para advertir sobre el papel de esta vía de contagio área y expansión de la pandemia. Jiménez Palacios, informa, con vehemencia, para quien le quiera oír que “estamos fracasando porque nos estamos defendiendo de las gotas de las superficies y no del principal contagio que es por el aire”. El tema no es baladí
La OMS, por su naturaleza, por su composición, por la falta de multidisciplinariedad, por la necesidad de dar soluciones que sean válidas para todos los países del mundo, apuesta por la prudencia en la incorporación de las nuevas evidencias. Tardará en reconocer de forma explícita las recomendaciones de estos científicos y las conclusiones de los estudios que aportan evidencia a esta observación científica.
Un mismo grupo humano que realiza una misma actividad, genera un número de contagios alto en interiores. Prácticamente nulo en el exterior. En exteriores, los contagios son muy reducidos. Si la trasmisión fuera prioritariamente por gotas, los contagios serían parecidos en ambos espacios. Desde que Los Angeles Times informó sobre el brote del ensayo del 10 de marzo de Skagit Valley Chorale, se han visto que la enfermedad se reproduce con facilidad después de reuniones que incluyen el canto sin controles.
Sin embargo, mientras la OMS reflexiona sobre sus recomendaciones, tenemos que buscar espacios ventilados, mantener la distancia social, evitar, en la medida de lo posible, los espacios cerrados sin pautas claras de ventilación y las acciones generadoras de aerosoles.
Según estos expertos, la transmisibilidad de la COVID19 es muy inferior a la del sarampión y muy superior a la de la tuberculosis por las características intrínsecas de los propios gérmenes pero comparten vías de trasmisión análogas. La nominación presente puede ser secundaria. Tenemos que afrontarlas con respuestas parecidas.
La tendencia es clara, tenemos que estar más pendientes de los aerosoles –evitar compartir el aire respirado- y menos las gotas. La física se inclina de forma apabullante hacia los aerosoles. Desde las ciencias físicas afirman que los supercontagios se pueden evitar con ventilación; que la medición de CO2 en aire ambiente permite conocer cuan viciado esta un aire y estimar que porcentaje de aire respiramos de forma repetida.
Concienciar sobre la transmisión de Covid-19 por aerosoles a la población y autoridades sanitarias, es clave para el control de la pandemia y difundir la evidencia científica sobre esta forma de contagio básica para controlar la pandemia.
Buen finde.