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Matando a Pareto

Por José A. García Bustos
sábado 14 de noviembre de 2020, 08:53h

En unos tiempos en los que los gobiernos se obsesionan con controlar la información o, mejor dicho, la desinformación, cada vez tengo menos claro cuál es la línea divisoria entre lo que es verdad de lo que nos cuentan y lo que no.

Nos han dicho esta semana que la empresa de la Viagra ha descubierto la vacuna contra el coronavirus y han subido las Bolsas como hacía tiempo. ¿Descubierta? Mentira. Está solo al 90%. Nótese la presencia del adverbio de cantidad.

Salvador Illa, ministro de Sanidad, se ha apresurado a decir que “a principios de enero podremos empezar la fase de vacunación” y que “la semana que viene esperan firmar algunos contratos más con la compañía Pfizer”. Mentira. Ni la vacuna estará lista en enero ni la distribución ni el almacenamiento será posible.

La ley de Pareto dice que el 80% del éxito proviene del 20% del esfuerzo. Sin embargo, para conseguir el éxito total, es decir, el 20% restante, se necesita, nada más y nada menos que el 80% del esfuerzo. A Pfizer le queda todavía el 10% del camino. Y es la parte más difícil. Aun así, las Bolsas han subido con fuerza. Con el anuncio de la vacuna rusa o la china ni se inmutaron.

Pareto está muy presente en nuestras vidas. Por ejemplo, podemos decir que el 80% de nuestros problemas los ocasiona el 20% de los conocidos o que del 80% de nuestros amigos en las redes sociales, solo conocemos el 20%.

Con la vacuna de Pfizer, nos la han vuelto a dar con queso. El 10% restante, puede costar un esfuerzo titánico y, como en otros casos, pueden surgir complicaciones. Pero eso no es lo único, tampoco existe infraestructura para distribuirse ni almacenarse.

Dice la teoría básica del Marketing que, para que un producto o servicio pueda satisfacer una necesidad, debe cumplir satisfactoriamente con las 4 p (precio, producto, promoción y distribución o placement). Esta vacuna falla en dos de las cuatro. Falla en la “P” de Producto (está lejos de acabar la última fase con éxito) y en la “P” de Placement. No se puede distribuir esta vacuna sin romper la cadena de frío y, ni están preparados los hospitales para almacenarla, ni los aviones o barcos para transportar millones de dosis por todo el mundo a menos 80º de temperatura.

Existen otros 10 proyectos de vacunas en la fase 3 (y última), como la de Pfizer. Algunas como la de Johnson&Johnson que no necesitan permanecer a bajas temperaturas y solo con una dosis bastaría. Esta es mi favorita.

Entonces ¿por qué han anunciado una vacuna imposible y por qué ahora? Mi opinión es que todo está orquestado y tiene un mismo propósito.

En el mundo, existen 10 proyectos que, como la vacuna de Pfizer, se encuentran en la fase 3. Se están llevando a cabo en países como Estados Unidos, Rusia, China y Reino Unido.

Pues bien, pocos días después de que Biden se anunciara como ganador de las elecciones norteamericanas, el mundo le da la bienvenida con el anuncio de una vacuna de una empresa norteamericana (sorpresa), que hace que, por ejemplo, el Ibex-35 registre la mayor subida de la década y la quinta de la historia. En la mente colectiva se relaciona la victoria de Biden con el final de los problemas derivados del virus y el inicio de un mundo lleno de esperanza.

Ni que decir tiene que si el anuncio se hubiera hecho días antes de las elecciones, hubiera beneficiado a Trump quien, por cierto, anunció hace no hace mucho que antes de final de año iba a aparecer una vacuna norteamericana y lo trataron de loco.

Ni la vacuna de Pfizer está lista ni Biden ha ganado todavía las elecciones. Pregunten a la gente de la calle y verán como dan ambas cosas por hechas. La estrategia de comunicación ha sido efectiva.

Hasta el día 14 de diciembre no se conocerá el próximo presidente de los Estados Unidos porque Trump, a quien todos dan por mal perdedor y antidemocrático, tiene derecho a poder demostrar si está en lo cierto cuando dice que ha existido fraude. Los medios de comunicación se han apresurado a decir que Biden es el nuevo presidente y muchos países le han felicitado. Pero habiendo litigios y cuestiones sin resolver por medio, no se puede decir que Biden sea presidente.

A mí no se me ocurriría decir que he ganado un juicio antes de que el juez dictase una sentencia en firme a mi favor. En Estados Unidos se está investigando la denuncia del todavía presidente Trump. No le den por muerto, ya nos sorprendió en su elección de hace cuatro años y puede volver a hacerlo. Su abogado Giuliani dice que tiene muchas evidencias de fraude. La marca de agua en las papeletas o el programa informático Dominion, son fuentes de las evidencias a las que se aferra Trump. El presidente afirma que este software borró 2,7 millones de votos a suyos en todo el país y que cambió 435.000 votos suyos hacia Biden. La semana que viene saldremos de dudas.

Pareto afirma que el 20% último hasta llegar a conseguir la victoria, cuesta el 80% de los esfuerzos. Como dice una expresión más castiza, hasta el rabo, todo es toro. Y, tanto en la vacuna como en las elecciones norteamericanas, aún queda toro por torear.

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