Orson Welles, Steven Spielberg, Luis Buñuel y Alejandro Amenábar son algunos de los ilustres directores del séptimo arte con los que trabajó, a lo largo de su prolífica carrera cinematográfica, el actor francés Michael Lonsdale, que acaba de fallecer en París, a los 89 años de edad.
Hijo de padre británico, su dominio de la lengua inglesa permitió a Lonsdale hacerse un meritorio hueco en la cinematografía norteamericana. Desde el punto de vista del gran público, posiblemente su papel más recordado es el de Hugo Drax, el villano de la película ‘Moonraker’ y, para muchos seguidores de la saga, uno de los antagonistas más duros y despiadados a los tuvo que medirse James Bond en sus correrías como agente secreto con licencia para matar.
Los espectadores también recordarán la composición que hizo Lonsdale en el clásico moderno de Jean-Jacques Annaud ‘El nombre de la rosa’, protagonizada por otro 007 pero esta vez en versión medieval, Sean Connery, y los cinéfilos más empedernidos conservan la imagen del actor galo a las órdenes de Orson Welles en ‘El proceso’, que significó, precisamente, su debut en la gran pantalla, dando la réplica a figuras de la talla de Anthony Perkins y Romy Schneider.
BUÑUEL, SPIELBERG, MOREAU Y CARDINALE
Otros títulos de su extensa filmografía son ‘¿Arde París?’, bajo la dirección de René Clément; ‘El fantasma de la libertad’, a las órdenes de Luis Buñuel; ‘Una loca para matar’, de Yves Boisset; o, más recientemente, ‘Munich’, de Steven Spielberg, y ‘De dioses y monstruos’, de Xavier Beauvois. Su caracterización en esta última película le valió a Lonsdale la concesión del Gran Premio del Jurado en el prestigioso festival cinematográfico de Cannes.
Además de Buñuel, el intérprete francés trabajó con otro director con pasaporte español, aunque nacido en Santiago de Chile, Alejandro Amenábar, ya en el tramo final de su carrera. Fue en 2009 cuando Amenábar confió en Lonsdale para ponerse en la piel de Teón, el padre de Hipatia de Alejandría, en la superproducción ‘Ágora’. Tres años más tarde, cerró su longeva trayectoria con su participación en ‘Gebo y la sombra’, de Manoel de Oliveira, donde se reunió nada menos que con otros dos nombres sagrados de la historia del cine: Jeanne Moreau y Claudia Cardinale.
Michael Lonsdale también destacó en el teatro, poniendo de manifiesto su talento interpretativo en obras de Magherite Duras, Peter Handke o Luigi Pirandello. De hecho, después de triunfar en el mundo escénico, el actor fue espaciando de cada vez más sus apariciones en largometrajes para centrarse en el ámbito de la dramaturgia.