El 70,3 por ciento de los autónomos considera que tendría problemas para mantener su actividad en caso de un nuevo confinamiento, aunque solo un 16,9 por ciento afirma tajantemente que significaría el cierre definitivo de su negocio, de acuerdo con los resultados del último barómetro de la federación de autónomos ATA.
Según el sondeo presentado este martes por ATA, realizado entre el 14 y el 18 de julio sobre una muestra de 1.987 encuestas, 8 de cada 10 autónomos aseguran que la facturación de su negocio se ha visto reducida respecto a la del año anterior, en tanto que 1 de cada 10 afirma que no está ingresando nada.
Además, un 50,9 por ciento prevé que su actividad caiga en 2020 más de un 60 por cien.
La morosidad sigue siendo uno de los principales problemas de los autónomos, ya que el 33,7 por cien dice sufrirlo y la mayoría de ellos (19,1 por cien) está a la espera de cobrar de grandes empresas privadas.
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Respecto a las medidas destinadas a paliar la pérdida de ingresos de los autónomos, sólo el 6,3 % de los encuestados ha continuado percibiendo en julio la prestación por cese de actividad, en tanto que un 39,7 por cien tienen exoneradas las cuotas.
El 24,3 por ciento de los autónomos encuestados ha obtenido financiación avalada por el ICO sin problemas, mientras que a un 16,7 por cien se la han denegado y un 33,1 por cien asegura que no la ha necesitado, mientras que el resto está a punto de solicitarla (12,9 %) o no le han contestado (6 por ciento) o ha recibido menos de lo que necesitaba (5,7 por cien).
El 59,1 por ciento asegura haber realizado un expediente de regulación de empleo (ERTE) para toda o parte de la plantilla, de los que casi la mitad (48,2 por ciento) dicen haber recuperado a todos los empleados, mientras que el 23,9 por ciento ha recuperado a alguno, el 1,8 por cien lo hará en los próximos días, el 13,1 por ciento no sabe si podrá hacerlo y el 12,6 por cien todavía no ha reincorporado a nadie.
Un tercio de los autónomos (32,9 por cien) cree que mantendrá a toda la plantilla pasados los seis meses de obligado mantenimiento del empleo tras un ERTE, mientras que el 25,7 por cien asegura que no lo hará y el 24,8 % cree que mantendrá a algunos, pero que tendrá que disminuir su plantilla.