El rifirrafe ha tenido lugar en el transcurso de la primera reunión de la Comisión de Reconstrucción Económica y Social de España, que ha empezado con evidente mal pie toda vez que las palabras de Iglesias han motivado que el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, optase por abandonar el hemiciclo.
La pugna entre el vicepresidente y el dirigente de Vox se ha producido, en realidad, durante la respuesta que Iglesias estaba proporcionando a una pregunta del diputado del PP Mario Garcés en torno al apoyo de Unidas Podemos a que el expresidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont, pudiera declarar como experto en la comisión, a pesar de su actual condición como prófugo de la Justicia.
El líder de la formación morada ha expuesto en este sentido su predisposición “a dialogar con cualquiera”, y también con Puigdemont, ya que, según su punto de vista, “encabeza una organización política a la que votan muchos ciudadanos”. Ha sido entonces cuando Pablo Iglesias ha hecho referencia a Vox, afirmando que “con independencia de la opinión” que le merece este partido, también está abierto a mantener una relación de diálogo, más allá de que, según ha señalado, “parezca que están más cerca de querer dar un golpe de Estado que de proteger la democracia”.
Ante las protestas de Espinosa de los Monteros, el vicepresidente del Gobierno ha ahondado todavía más en la herida, y ha expresado su convicción de que “si no dan un golpe de Estado, es porque no se atreven a hacerlo”. Las manifestaciones de Iglesias han motivado que el portavoz de Vox se ausentara definitivamente de la sesión, a pesar de los esfuerzos del presidente de la comisión, el socialista Patxi López, por apaciguar los ánimos.
También María Ruiz Solas, compañera de grupo de Espinosa de los Monteros, ha optado por dejar su asiento y abandonar la sala en la que transcurría la reunión de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica de España.
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