Los jóvenes y el sector turístico sufrirán en mayor medida las consecuencias de la crisis laboral y económica que se derivará de la actual situación de alarma sanitaria por el coronavirus. Así lo expone el profesor de Ciencias Económicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Iñaki Iriondo, quien alerta sobre los graves perjuicios que deberán afrontar los territorios que, como es el caso de Canarias, dependen fundamentalmente de la actividad vacacional.
Los jóvenes y el turismo serán los más afectados por la crisis laboral derivada de los efectos del coronavirus, que serán "muy negativos" en el mercado de trabajo español, según un artículo publicado por el profesor de Ciencias Económicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Iñaki Iriondo.
El análisis apunta a que en marzo y abril habrá unas tasas "atípicas" de afiliaciones a la Seguridad Social, ya que normalmente en estos meses suele producirse un aumento motivado por la Semana Santa, lo que afectará principalmente a la hostelería y a los jóvenes, debido a la precariedad de su empleo.
"La intensidad y duración de los efectos de la crisis en el empleo dependerán, entre otros factores, del tiempo que sea necesario para controlar la epidemia y de la eficacia de las medidas que se adopten para contrarrestar la caída en la renta de las familias y las dificultades financieras de las empresas ", augura el profesor, quien además pronostica que el impacto laboral será "desigual" en función del perfil de los trabajadores, territorios y ramas de actividad.
Así, Iriondo detalla que la destrucción de empleo se concentrará en los asalariados con contratos temporales, situación que afecta especialmente a los más jóvenes, concretamente a los menores de 30 años. Más de la mitad de este colectivo tiene un contrato de duración definida.
Además, la crisis también generará una barrera entre los socios comunitarios, ya que afectará más a aquellas economías donde el turismo tenga un mayor peso, principalmente los países del sur, especialmente España y Grecia, donde, además, las ramas vinculadas al sector público, "factor estabilizador", según Iriondo, tienen menos presencia que en países como Suecia y Noruega.
Lo mismo ocurre con las autonomías españolas, donde Canarias (con un 44,1 por ciento), Baleares (36,3), Comunidad Valenciana (32,8) y Andalucía (31,5%), mantienen una economía enfocada claramente al turismo, frente a otros territorios, como Navarra y el País Vasco, menos sensibles a los efectos devastadores de la crisis sanitaria en la industria vacacional.