www.canariasdiario.com

Los inventores y la ley de Stigler

Por José A. García Bustos
sábado 18 de enero de 2020, 11:49h

Todas las innovaciones de calado han generado históricamente oposición por parte de colectivos interesados en no perder su statu quo. A Gutenberg se le criticó la invención de la imprenta por el temor a que se expandiera el conocimiento y algunos perdieran poder.

Al prolífico Nicola Tesla, a quien la historia no ha hecho justicia, se le vio como una amenaza porque iba a destruir el negocio de los poderes energéticos al intentar encontrar una energía gratuita para todo el mundo. Y quería transmitirla de forma inalámbrica. Increíble.

Edison es recordado como el padre de la electricidad pero se aprovechó del conocimiento de Tesla y nunca reconoció su figura. Marconi le robó a Tesla la invención de la radio.

Los genios nunca lo han tenido fácil. A pesar de las dificultades y duro trabajo para dar con su invención luego empiezan los problemas de verdad. Toca lidiar con los intereses de los grupos económicos que se ven perjudicados con su aparición y con quienes quieren quitarle la autoría al inventor.

Este robo de la identidad del creador lo define la Ley de Stigler que dice que ningún invento recibe el nombre de su verdadero creador. Sorprende ver la cantidad de falsos descubridores acontecidos a lo largo de la historia. Busquen ejemplos en Internet. Muchos de los suplantadores son los que han llegado hasta nuestros días, aprendidos incluso a través de los manuales del colegio.

En el mundo de las criptomonedas está pasando algo similar. El científico Craig Wright se ha erigido como el inventor de bitcoin y de la blockchain, un invento que va a cambiar el mundo haciéndolo más transparente, honesto, dentro de la legalidad, accesible a la totalidad de la población mundial y descentralizado.

El Dr. Wright tiene en frente los dos grupos opositores de manual: por un lado, los poderes económicos a los que les puede hacer perder mucho poder y, por otro, a otros personajes que se atribuyen el invento pero que apenas aportan pruebas ni evidencias de su autoría.

Como particularidad, en este caso, la invención la hizo mediante un pseudónimo, algo que facilita la aparición de impostores.

Estoy convencido de que el Dr. Craig Wright es Satoshi Nakamoto pero me sorprende ver la voracidad de los ataques de sus detractores cada vez que da un paso al frente. Él dice que será en un juzgado donde lo demostrará de manera contundente. Eso será durante este año 2020 que se presenta muy interesante para él y su creación.

En mi investigación personal sobre la autoría de bitcoin, he tenido momentos lógicos de duda porque los detractores niegan todas las evidencias y aportan pruebas o rebaten las del Dr. Wright. Eso, en un entorno digital con falsificaciones y hackeos continuados se hace difícil es lógica la aparición de la duda.

Así que, mi conclusión se basa más en los hechos que en la documentación presentada por unos u otros.

Pienso que él es el inventor de bitcoin por varias razones. Primero, porque tiene el conocimiento multidisciplinar de primer nivel necesario para ello: Tiene múltiples doctorados en Economía, Derecho, Criptografía e Informática. Por tener, tiene hasta uno en Teología, algo que a mi entender no es intrascendente puesto que el objetivo de su invento tiene un punto importante de altruismo. Con su invención quiere hacer un mundo mejor, ayudando a quienes no tienen acceso al sistema bancario mundial, quiere hacer un mundo más honesto, sin fraudes y ha desarrollado su invención en código abierto para que otros pudieran disfrutar de él sin pagarle nada a él.

Segundo, porque ha declarado explícitamente ante el juez que él inventó bitcoin, jugándose años de prisión si se demostrara que ha cometido perjurio. Eso, siendo cabeza de familia es algo delicado.

Tercero, porque sabe más que nadie de bitcoin. Si usted, querido lector quiere aprender del tema, aconsejo leer su blog (craigwight.net) que actualiza a menudo aportando argumentos sobre sus inicios y motivos de por qué inventó bitcoin. Sus argumentos son muy sólidos.

Cuarto, existen declaraciones de científicos, periodistas o empresarios de prestigio que dicen que han visto pruebas irrefutables de que el Dr. Wright tiene en su posesión los primeros bitcoins que solo podría tener el inventor.

Quinto, tiene detrás empresarios de éxito que aportan fondos para seguir investigando y generar una adopción masiva de su blockchain a nivel mundial, con una política orientada a los principales catalizadores de una economía: las empresas y Bancos Centrales en un momento en el que hay una carrera por ser el primer país en digitalizar la moneda oficial.

Sexto, porque, como acabo de mencionar, existe una estrategia para la adopción masiva. Parece una obviedad pero al resto de blockchains no les veo solidez en la estrategia que les lleve a ser el número uno. Porque al final pasará como ocurrió con Internet, solo podrá dominar un protocolo a nivel mundial. Esa ambición solo la puede tener el inventor. Es como la sana ambición de un padre hacia un hijo para que resalte sobre los demás.

Séptimo, porque quiere restaurar el protocolo original que se recoge en el whitepaper y que otros se han ocupado de modificar para controlar bitcoin, ¿Adivinan quiénes? Pues, de nuevo, las élites financieras que quieren tener controlado un invento que les quitará poder.

Octavo, porque tiene más patentes de blockchain que nadie. Más de las que existen en todas las empresas chinas juntas, incluyendo el gigante Alibaba. Eso, teniendo en cuenta que China es un país que apuesta por el liderazgo mundial en la implantación de la blockchain. Tiene más patentes (muchas más) que empresas de primer nivel como Mastercard, IBM, VISA o Wal-Mart.

Noveno, porque tiene concedido el copyright del código de bitocin y de la autoría de su whitepaper.

Décimo, por hacer de su creación, Bitcoin Satoshi Vision, su moneda digital, algo muy superior tecnológicamente hablando al resto de criptomonedas, capaz de procesar más transacciones por segundo que VISA. Como digo, esa ambición de querer que su creación sea la mejor opción de todas las existentes solo la puede tener el creador e ideólogo.

Esta semana, Craig Wright ha hecho entrega en un juzgado de unas claves que le dan acceso a los primeros bitcoins generados guardados en un fondo. A ellas, solo puede tener acceso el creador. Esto provocó que la cotización de su moneda aumentara de manera vertiginosa. En breve tendrá que declarar y disipará cualquier duda. Mientras tanto, a pesar de las evidencias, los críticos se encuentran en la fase más virulenta de la negación. A cada paso de Wright por demostrar la verdad, más rechazo. Las siguientes fases son conocidas: resignación y aceptación.

En contra de lo que dice la Ley de Stigler, esta vez se hará justicia con el inventor porque, precisamente la invención de Wright persigue hacer un mundo más justo y honesto. La transparencia y trazabilidad que garantiza la blockchain derogará por siempre la Ley de Stigler. Adiós al fraude. Nunca más un inventor será suplantado por otro.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios