Las cosas cambian, siempre había sido un pato, pero ahora quien hace acto de presencia de la mano del señor Rivera es el perro Lucas. Francamente si quien tiene que influir en un resultado electoral es un perro mal vamos de ideas.
De un perro podemos aprender mucho, Blacki forma parte de mi familia, es leal y cariñoso y cuando le hablo a veces parece que me entiende e incluso que me va a responder; es un activo muy importante en mi vida y no me avergüenzo lo más mínimo reconociendo que le quiero.
El hecho de que hable a Blacki primero no quiere decir que me entienda y no se me ocurriría plantearle por nada del mundo que me ayudase a resolver un problema profesional.
Imagino que Lucas no es más listo que Blacki y que no está en condiciones de resolver las cuestiones profesionales que le plantee el señor Rivera, vamos que no es su consultor. Entonces ¿Qué aporta Lucas a la campaña? Pues imagen y un leve golpe de efecto.
De imagen y golpes de efectos vamos sobrados mientras de lo que no vamos sobrados ni por casualidad es de ideas. Hay que reconocer que la reducción de la campaña electoral a una semana es una gran cosa, así reducen nuestra exposición a ocurrencias y sandeces con la que a diario nos riegan nuestros líderes.
Estoy cansado de oír decirles a los candidatos que su programa electoral es un contrato con la ciudadanía, es obvio que ellos no están muy acostumbrados a cumplir los contratos.
No soy capaz de entender qué problema tienen los políticos con la verdad; aún en asuntos menores lo único que buscan es tomarnos el pelo a los ciudadanos y ellos salir ilesos. Nunca había visto a tantos personajes tan mediocres dispuestos a ocupar unos cargos que a mil leguas se les ve incapaces para asumirlos; será la erótica del poder. Igual entro en pánico tras los resultados del domingo al concluirse que estas elecciones no habrán servido para nada si dejan unas Cortes Generales muy parecidas a las actuales y todo ello es atribuible al presidente en funciones Sánchez, que parece que le puede ocurrir algo parecido, salvo las diferencias de talla intelectual y humana a favor de don Leopoldo Calvo Sotelo, que en 1982 convocó elecciones para perder.
Lo dicho, que esta semana para el Presidente puede ser muy muy larga, se le puede atragantar y siendo el único de los candidatos que tiene algo que perder (los ciudadanos ya estamos derrotados y humillados) a partir del lunes podemos ver un circo de tres pistas del bueno. Que pasen un buen día.