www.canariasdiario.com

Hay que estigmatizar el estigma

jueves 03 de octubre de 2019, 07:00h

Continuamente los medios nos traen titulares vergonzantes y vergonzosos en los cuales se estigmatizan a los pacientes que sufren trastornos mentales. Una vez más la violencia vinculada a la patología mental.

La depresión y la esquizofrenia no subyacen en las conductas violentas y trágicas que han aparecido en la prensa. Los pacientes deprimidos no asesinan ni matan simplemente se suicidan. Un homicida suicida esta canibalizado por el resentimiento, el odio, la cólera punitiva, la envidia, la desconfianza y el miedo. De nuevo emerge la estigmatización, esa etiqueta maldita de las enfermedades mentales.

Es la marca social que soportan los que las padecen. Es una narrativa crónica y clónica. No hace mucho tiempo a los enfermos se les recluía de por vida y sus familias soportaban mucho rechazo social. Vivian muchos de ellos avergonzados porque tenían un familiar que había enfermado de esquizofrenia, depresión o se había suicidado. Eran culpables de ello. No eran normales.

Hoy el 50% de las personas que van a un psiquiatra no se lo comentan a sus allegados. Doctor “no ponga en el informe que tengo una depresión”.Es tarea de todos luchar contra este vergonzante estigma. Hay que sensibilizar a la sociedad contra las creencias estigmatizantes, negativas, de rechazo y de exclusión de los que padecen estas graves enfermedades. El estigma es un etiqueta despersonalizadora y descontextualizadora con la que “marcamos” al paciente y a su familia, con consecuencias devastadoras y trágicas. Muchas veces es el mismo quien se la pone. “soy bipolar, soy esquizofrénico, soy alcohólico”. Confunden el ser con el estar.

La primera tarea es trabajar con ellos esta auto estigmatización negativa que ellos mismos construyen ( ellos son los obreros, nosotros los arquitectos) ya que diluyen su unicidad y su auténtica identidad en diagnósticos psiquiátricos! Cuanta responsabilidad tenemos los profesionales! El diagnóstico es la enfermedad más común. Hay que estar atento a las narraciones que hacen los pacientes de su experiencia, muchas veces contaminada por la jerga y el argot de los profesionales.

Repasemos lo obvio: el cerebro se deprime o tiene experiencias anómalas porque no puede evitarlas. Nadie es culpable de padecer un trastorno mental, pero sí que es corresponsable con la ayuda adecuada en construir el cumplimiento de su tratamiento. Conviene volver a recordar que la depresión es uno de los mayores desafíos para la medicina moderna .Es una enfermedad devastadora a nivel personal, familiar y social. La podemos tener todos. Es un trastorno que afecta a la totalidad de la vida psíquica: al presente, al pasado y al futuro. Duele el alma y duele el mundo .Todo además aderezado por toneladas de culpa irracional y persecutoria. Depresión más desesperanza igual a suicidio.

Es triste, irresponsable y éticamente reprobable que se siga estigmatizando a los pacientes que sufren, muchas veces en soledad, uno de los mayores sufrimientos que los seres humanos podamos padecer. Los profesionales sanitarios y sobre todo los de Salut Mental tenemos que tomar conciencia de nuestro lenguaje y de los mensajes que lanzamos. Muchas veces confunden a nuestros pacientes y a sus familias. No hay que añadir fuego a la hoguera. Es un sufrimiento innecesario. La persona que padece un trastorno mental tiene su personalidad, su infancia, su familia, su trayectoria biográfica, sus valores y siempre su dignidad. Dicen que los seres humanos sufrimos más de es-tupidez que de maldad, aunque aquella nos asuste o escandalice más. Solo desde la es-tupidez deshumanizadora , desde la irresponsabilidad, desde la indigencia ética y desde un depredador burnout se puede señalar públicamente y obscenamente al “ loco, al deprimido y a los drogodependientes”.

Son ellos los que ponen el sufrimiento y nosotros nos aliamos (con nuestro limitado conocimiento), con ellos para ayudarles, para aliviarles. Son los denostados pacientes los que conocen y saben de verdad, desde su experiencia, que es un brote psicótico, una depresión etc… Ellos son los auténticos textos. Compartir su sufrimiento, resonar con él, esa nuestra tarea.Todos estamos predelirantes o predepresivos. Todos estamos en riesgo de descompensarnos. Todos estamos pre-adictos. Todos somatizamos. No hay blindaje ni inmunidad contra las enfermedades mentales ni el sufrimiento emocional. Nadie nos curara de ser humanos.. Reconocernos y sentirnos humanos es reconocer que nadie mea colonia ni caga diamantes.

Tolerancia cero con la estigmatización, sea cual sea y venga de donde venga. Es una tarea civilizadora que nos permitirá construir espacios sociales confortables donde quepamos todos y seguir evolucionando superando nuestro primitivismo.Es corresponsabilidad de todos luchar contra la deshumanizadora estigmatización. Ahora bien esta tarea es altamente exigible a los profesionales, a los medios y a las redes sociales con gran poder de influencia en el espacio social. Su alto compromiso se deriva de su gran responsabilidad. Todos tenemos que contribuir a que el espacio social sea cada vez menos inhóspito y hostil. La palabra estigma se puede convertir desde la empatía y el respeto en la palabra Estima , solo hay que quitarle la G.


La lucha sigue, aunque a veces estemos en derrota transitoria pero nunca en dome

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios