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¿Quién puede fiarse de tamaño socio?

Por Miquel Pascual Aguiló
lunes 15 de julio de 2019, 08:00h

El machito del tres al cuarto de Pablo Iglesias, el día 22 de enero de 2016 anunció, en medio de la máxima expectación mediática y en el Congreso de los Diputados su ofrecimiento de pacto con el PSOE e Izquierda Unida para la formación de un Gobierno presidido por Pedro Sánchez y cuya vicepresidencia reivindicó para sí mismo.

A modo de apunte biográfico, que nos revela el talante de dicho gachó, recordemos que a lo largo de su cuidada puesta en escena se molestó por la pregunta de una periodista, a la que se permitió replicar con un ataque machista y personal sobre su vestimenta: “Muchas gracias por su pregunta. Por cierto, precioso el abrigo de pieles que trae usted”.

El anuncio de un tripartito de izquierdas, constituyó todo un órdago al propio Pedro Sánchez, que se enteró a la vez que el resto de los españoles que ya tenía vicepresidente o, en todo caso, durante su propia audiencia con el Rey, tampoco el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, sabía nada.

El pelagatos líder de Podemos, acompañado por la entonces plana mayor de su partido, explicó que ésta era la propuesta que acababa de comunicar a Felipe VI, el “jefe del Estado”, al que expresó, de paso, la "lealtad" de su formación. Además, como el mejor de los bocachanclas, afirmó que su propuesta le había parecido al Monarca “razonable”. Éste no sabe que es de muy mala educación, y contrario a cualquier norma de protocolo, comentar lo que se habla con el jefe del Estado y mucho más explicar cuál es su opinión, aunque seguro que le resbala ser considerado un fulano sin educación ni modales.

“La conversación muy cordial”, insistió y expresó su “excelente impresión de la capacidad del jefe del Estado para ejercer las capacidades simbólicas que le otorga la Constitución”. Iglesias aseguró, en nombre de Felipe VI, que “los dos estamos de acuerdo en que un escenario de nuevas elecciones no es deseable”.

“Hemos querido”, declaró en la sala de prensa del Congreso, “que el jefe del Estado conociera nuestra voluntad de un Gobierno de progreso”. Según su explicación Podemos ha tomado “la iniciativa” y dado “un paso adelante”. “Hemos venido a gobernar”, llegó a decir el macho alfa líder de Podemos.

Pues bien, el jueves de la semana pasada día 11 de julio, Pablo Iglesias se enteró por la televisión que Pedro Sánchez lo volverá a llamar para que los equipos de ambos partidos comiencen una negociación programática. Una circunstancia que no ha gustado al líder de Podemos. “No parece serio que nos enteremos por los medios. Si Sánchez quiere reunirse lo razonable es que me llame, no que anuncie que me va a llamar. Hay que hacer la negociación con seriedad". Un reflejo de la tensión que preside ahora mismo su relación. En todo caso, desde Podemos están “plenamente disponibles para negociar".

O sea, él se atreve a hacer una rueda de prensa para explicar que quiere ser el vicepresidente de un gobierno del PSOE con Pedro Sánchez de Presidente, sin comentárselo antes al propio Pedro Sánchez y considera poco razonable, poco serio que Pedro Sánchez comente que va a volver a llamarle para negociar.

Este menda tiene, al menos, dos varas de medir, la que se aplica a él y la que aplica a los otros, es un verdadero caradura.

¿Quién puede fiarse de un chorbo que en el año 2016 mientras mostraba su disposición a ser vicepresidente de un Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez su formación votaba con el Partido Popular en contra suya ayudando al fallo de la investidura del propio Sánchez?

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