La toma de posesión del gobierno de Pedro Sánchez ha sido la noticia principal y la más importante durante el transcurso de toda la semana. Noticia que ha desplazado a otras mucho menos importantes pero significativas, porque demuestran a las claras el talante y la forma de ser de muchas de las personas que ocupan cargos públicos sean en los Ayuntamientos, los gobiernos autonómicos y hasta en la administración central, en este caso el figura del que voy a hablar es un tal Isidro Lopez
Voy a hablar de este menda que a raíz de los resultados electorales del domingo 24 de mayo del año 2015, se convirtió en diputado regional de la Asamblea de Madrid por la lista de Podemos, en el número 17, de los que su único cometido es levantar la mano para votar cuando se lo mandan.
A la hora de explicar, en su cuenta de Twitter, su salto a la política, lo hizo con un lenguaje ofensivo y prepotente. Un buen ejemplo lo tenemos en toda una retahíla de vergonzantes mensajes que envió el 28 de abril de 2015 en respuesta a quienes cuestionaban su oposición a las tesis liberales.
A lo largo de la charla virtual, su cuenta de Twitter (@LumumbaJr) anticipó importantes subidas de impuestos que justificó afirmando que “el dinero se gana en una lucha. Se os fuerza democráticamente a pagar”. Cuestionado por este planteamiento, llamó “gilipollas” a su interlocutor y añadió que “esto es una guerra y os vamos a hundir”, a lo que sumó otro mensaje en el que habló de “freír a impuestos” a su interlocutor.
En el mes de mayo del año 2017 la Policía Nacional identificó a dos diputados de Unidos Podemos en el Congreso y a otro de la Asamblea de Madrid (el mismo que amenazó con “freír a impuestos”) por supuestamente haber coaccionado a varios agentes durante una protesta junto a un edificio ocupado en el centro de Madrid.
Debido a que la concentración impedía el tránsito de vehículos y el acceso de los policías al inmueble para comprobar si había existido una irrupción por la fuerza, y además no se había notificado la concentración a la Delegación del Gobierno, los agentes trataron de identificar a varias de las personas que se encontraban en la zona.
De acuerdo al relato de los agentes, el diputado en la Asamblea de Madrid se negó a enseñar su DNI y, tras mostrar su identificación de diputado en la Asamblea, les dijo: “De hecho tú estás bajo mi mando y te tienes que cuadrar, vosotros lo que tenéis que hacer es aprenderos las leyes, yo estoy aforado y no podéis hacerme nada”, un verdadero demócrata el individuo.
Es este el individuo que en contestación a las declaraciones de Rafa Nadal el pasado sábado en las que pedía nuevas elecciones después de la moción de censura que alzó a Pedro Sánchez como nuevo presidente del Gobierno, escribió en su red social: “Nadal quiere elecciones. A mi sin embargo me gustaría que dejase de practicar un tenis soporífero, defensivo, hipermusculado y pasabolas”.
Es la lógica de podemos, cuando alguien que dice ser de izquierdas, ¿cantando? más bien berreando, pide matar a un guardia civil, le llaman libertad de expresión, en cambio cuando alguien, supuestamente de derechas, pide elecciones se le tacha de mal profesional. A nadie con dos dedos de frente se le ocurriría decir que alguien como Rafa Nadal, Juan Martin del Potro, Roger Federer, Novak Djokovic, por poner varios ejemplos, aburren y son, jugando al tenis, unos pasabolas. Otro podemista que se cubre y no precisamente de gloria, siguen con la competición a ver quién dice la imbecilidad más gorda.
El Valtonyc, por ejemplo, puede vomitar lo que quiera por su boquita y salen enseguida a “defender la libertad de expresión”. En cambio Rafa Nadal da su opinión sin insultar a nadie y los mismos que se rasgan las vestiduras con el Valtonyc le mandar callar. Todos tenemos derecho a expresarnos y a discrepar. Nadal puede decir lo que le venga en gana, por muy de derechas que sea, y el diputado también, con una salvedad muy importante, el diputado, por muy diputado que sea, no tiene ningún derecho a exigirle que juegue de una determinada forma, en cambio los votantes sí tenemos ese derecho respecto a los políticos.