La sociedad necesita líderes en los que fijarse y a los que imitar (de los que hacen lo que dicen) no una de esas personas que hace algo diferente a lo que ha venido diciendo, incluso hostigando a adversarios, defraudan a sus seguidores.
Ese ha sido el caso de Pablo Iglesias que ha comprado una casa, de manera legal y con todo su derecho, pero en contradicción con lo que nos ha venido predicando en lo últimos años, pues hay que reconocer que el diputado Iglesias cuando habla lo hace “ex catedra” siendo por ello una víctima de las hemerotecas que gracias a la informática son mucho más accesibles.
Quien sí es un líder de verdad, íntegro y que nunca ha defraudado a los suyos es Jorge Mario Bergoglio, Francisco I, Papa de la Iglesia Católica. En los momentos que ha debido dar un paso adelante lo ha hecho, en su momento fue contra la dictadura argentina y estos días contra la pederastia en Chile.
El Papa hace unos días removió de su cargo a todos los Obispos de Chile por haber dado cobertura al abuso de menores en dicho país. Bergoglio, el Papa Francisco siempre ha estado cerca de los que sufren y de los necesitados y en Lampedusa clamó contra “la globalización de la indiferencia“ en un altar improvisado que era un bote boca abajo rescatado del mar junto al que, a buen seguro, se ahogaron personas como Vd. y como yo pero no con la fortuna de haber nacido en Europa.
En estos momentos de tanta mediocridad de líderes mundiales y especialmente en España donde se juntan personajes indocumentados que hablan de lo que saben y de lo que no y cuya máxima ambición es ocupar cargos desde los cuales hacer política de espaldas a los ciudadanos y especialmente a los más necesitados, sobresale por encima de ellos el Papa que no le tiembla la mano al exigir responsabilidades a los que no han actuado de acuerdo a los principios que deben predicar.
El Papa es el gran líder mundial, la persona que más hace para que el Mediterráneo no sea un gran cementerio mientras que a los demás nos preocupa que un botarate se haya comprado una casa de nuevo rico. No es una cuestión de fe es una cuestión de bondad. ¿de verdad creemos que nuestros líderes piensan en nosotros cuando deciden? Que pasen un buen día.