Unas 2.500 personas, según fuentes consultadas, se han manifestado hoy por las calles del centro de Palma para protestar contra el proyecto de decreto que aprobará el Govern balear para exigir el conocimiento del catalán a los trabajadores de la sanidad pública de las islas.
La marcha ha sido organizada por la plataforma ciudadana "Mos Movem, En Marcha, Let's go" y el lema era "Los idiomas no salvan vidas-Por una sanidad sin fronteras lingüísticas".
La protesta la han encabezado las líderes de este movimiento, las empresarias Úrsula Mascaró y Manuela Cañadas y el coordinador de la entidad, Joan Pons, que han defendido que el catalán sea un mérito pero no un requisito en la carrera profesional. Así lo ha explicado la portavoz de 'Mos Movem', Úrsula Mascaró, quien en declaraciones a la prensa ha asegurado que "no queremos imposiciones lingüísticas en sanidad ni en ningún sitio".
A la manifestación han acudido los presidentes del PP y Ciudadanos (Cs) de Baleares, Biel Company y Xavier Pericay, de Actúa Baleares, Jorge Campos, y miembros de los sindicatos CSI-CSIF y del SIMEBAL, el Sindicato Médico de Baleares.
El futuro decreto contempla que los médicos y enfermeros tendrán que tener la titulación de catalán B1 (elemental) y los auxiliares de enfermería el nivel A2 (básico).
Los que ganen una plaza en las oposiciones sin tener de partida esos grados de conocimiento tendrán dos años para alcanzarlos; si no lo hacen, tendrán restringidos los traslados, la promoción interna y el acceso a la carrera profesional, lo que supone el acceso a una serie de pluses económicos.
La presidenta Armengol ha recordado esta semana que la Mesa Sectorial de Sanidad ha aprobado, con el voto favorable del 65 % de los sindicatos, este borrador de decreto y ha defendido el uso del catalán en la sanidad pública como lengua propia de las Islas Baleares y los "derechos lingüísticos" de pacientes y ciudadanos.