“Aprender el idioma es solo el primer paso para convertirse en español. Broncearse y conocer las tapas y sus pintxos son los pasos dos y tres, pero todavía hay un largo camino por recorrer antes de poder hacerse pasar por otro que no sea un guiri. Sin embargo, hay algunos atajos. Primero, olvide las nociones anglosajonas de cortesía, discreción y decoro. Ser español implica entrar a un bar, besar y abrazar a completos extraños, gritar "oiga" al camarero y tirar cualquier cosa que no puedas comer o beber al suelo. Puedes pasar del por favor y gracias. Son tan innecesarios. Si eres una dama, lleva un abanico. Aquí, es una herramienta, no un recuerdo”. Así comienza el artículo satírico que firma Chris Haslam en la edición dominical de The Times. Y se ha liado. Las redes arden contra el humor británico de Haslam que retrata a los españoles en base a una serie de tópicos relativos a la falta de higiene, la falta de puntualidad, el beber como cosacos o el hacernos entender a gritos.
Sobre nuestros hábitos alimentarios dice: "Empieza el día desayunando una tostada de sobrasada y un cortado, y no pidas mantequilla. Este es el país del aceite de oliva. Deja cualquier cosa que estés haciendo a las once de la mañana y tómate una cerveza y un bocadillo. Eso te debería bastar hasta la hora de comer, a las 14.00. Vas a tomarte un menú del día de tres platos, y te llevará entre dos y tres horas. Luego échate una siesta”. Dice que comemos mucho y no dejamos nada en el plato porque somos un país que “padeció hambruna”.
Asegura que siempre llegamos tarde pues la puntualidad es “grosera”, que somos rácanos a la hora de dejar propina y que soltamos tacos como un soldado. Ilustra el reportaje la fotografía de un torero.
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