“Loving Vincent” llega esta semana a las pantallas de cine. Es una película que narra una historía, una vueklta de tuerca en realidad, sobre la vida del pintor Van Gogh: “Francia, verano de 1891. El joven Armand recibe una carta de su padre, el cartero Joseph Roulin, para entregarla en mano en Paris al hermano de su amigo Vincent Van Gogh. Pero en París no hay rastro de Theo, del que cuentan que murió poco tiempo después de que su hermano Vincent se quitara la vida. Así comienza “Loving Vincent”, la primera película realizada al oleo de la historia del cine. A través de más de 65.000 fotogramas animados, pintados a mano por artistas de todo el mundo, la película da vida a los cuadros de Van Gogh recorriendo la misteriosa vida del pintor a través de las cartas que con frecuencia escribía a su hermano pequeño Theo”.
Pero por encima de la historia, lo que llama la atención es el impresionante ejercicio técnico. Todos los fotogramas de la película han sido tratados como si fueran cuadros de Van Gogh. Los actores rodaron los planos que después han sido animados y “procesados” según la paleta del pintor. Así es como hubiera sido una película vista con los ojos de Van Gogh.