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Un ‘reset’ para Catalunya

viernes 27 de octubre de 2017, 23:26h
El día de ayer fue una jornada frenética en la que se sucedieron una multitud de acontecimientos, todos ellos de gran relevancia para el futuro político de España y de Catalunya. Y por supuesto, para los ciudadanos que contemplan atónitos como las instituciones que les representan, en lugar de colaborar para resolver los problemas que les afectan, confrontan duramente entre sí. Unos, el Govern de la Generalitat y una mayoría de diputados en el Parlament de Catalunya (los integrantes de Junts pel Sí, que agrupa al PDeCAT y a Esquerra Republicana, y de la CUP), apelando a un mandato democrático del pueblo de Catalunya emitido en las últimas elecciones autonómicas y en el referéndum del 1 de octubre. Otros, el Gobierno de España y una importante mayoría parlamentaria en el Congreso y el Senado, apelando a la legalidad y al ordenamiento jurídico establecido en la Constitución y el Estatut d’Autonomia, flagrantemente atropellados por el bloque independentista desde las instituciones.

Ante la inminencia de la aprobación en la Cámara Alta de las medidas propuestas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy que suponen, de facto, la intervención de las instituciones y del autogobierno de Catalunya por parte del Gobierno central, el Parlament optó por someter a votación y aprobar, nuevamente con casi la mitad de la Cámara ausente como forma de protesta por parte del bloque constitucionalista (Ciudadanos, PSC y PP), la declaración unilateral de independencia.

Tras esto, el Gobierno reunido en Consejo de Ministros extraordinario, acordó en aplicación del artículo 155 de la Carta Magna, cesar al president Carles Puigdemont, al vicepresident Oriol Junqueras, y a todos los miembros del gabinete. Y además, en un golpe de efecto inesperado, decretó la disolución del Parlament y la convocatoria de elecciones en Catalunya para el día 21 de diciembre. Desactivó así Rajoy la acusación de querer gobernar Catalunya sin haber ganado las elecciones. Queda claro que no es esa la pretensión del presidente Rajoy.

A la vista de la situación de máxima tensión política y social a la que se ha abocado a la ciudadanía catalana y de las imprevisibles consecuencias que de ello se puedan derivar, algo que tiene alarmada a buena parte de la sociedad catalana y española, procede exigir a todo el mundo que se pare esta espiral sinsentido y se detenga la escalada de tensión.

Estamos ante un conflicto político y todas las partes concernidas deben acabar de una vez de plantear exigencias y adoptar medidas unilaterales. Ya se ha ido demasiado lejos. !Basta! Es hora de parar máquinas y dejar que la sociedad catalana se pronuncie libre y democráticamente. Unas elecciones son ya la única forma de clarificar la situación y de que la ciudadanía decida que debe de hacerse.
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