Rajoy y el PP de rebote, juegan con ventaja. El y todos sus asesores, e incluso, detractores de su propio partido, podrían retirarse a sus respectivas residencias veraniegas a no hacer absolutamente nada hasta el final de la legislatura y volverían a gobernar.
La ventaja de Rajoy se articula, día a día, en dos niveles: en primer lugar, le ofrecen esa ventaja los partidos de la oposición, juntos o por separado, da lo mismo. Su cansina letanía ha llegado a calar tan hondo que, incluso sus votantes, se aburren con las repetitivas estrategias en pos de recuperar no ya cuotas de poder, sino cuotas de pantalla. No alcanzo a comprender como es posible que no se den cuenta de que (tengan razón o no, porque eso lo determinarán los Tribunales) a pocos nos interesa ya que sigan perdiendo el tiempo disimulando que investigan públicamente, que interrogan, existiendo un mínimo de probabilidad que el interrogado, el investigado en fin, se equivoque, meta la pata y se avenga a reconocer los hechos, sean estos los que fueren.
¿Hay alguien en este País que de verdad se crea que en cualquier comparecencia ante una comisión de investigación en el Congreso de los Diputados se van a llegar a esclarecer los hechos que investigan los Tribunales? Seamos sinceros, esas comisiones de investigación no se tramitan esperando contribuir a una más efectiva administración de la justicia y la aplicación de la Ley, sino simplemente, para gozar del placer de verse a uno mismo en el telediario mientras come al mediodía o cena por la noche. O por el placer de machacar a quien gobierne, sea del partido que sea, a expensas incluso de ocultar parte de la verdad si esa verdad no conviene a sus propios sibilinos intereses.
Rajoy juega con otra ventaja, aunque no se mueva ni pestañee: el proceso independentista catalán. He manifestado mi opinión en varios artículos sobre este asunto, pero la repetiré porque la memoria es corta para los que gustan revolcarse en la confusión: creo que el Partido Popular se equivoca y que el Referéndum debería haber sido subsumido en algún marco legal plausible jurídicamente si todas las fuerzas actuantes hubieran estado por la labor. Estimo prudente primar la paz social y no creo que al final, el resultado del Referéndum hubiera arrojado un resultado abrupto y convulsivo como se presume el que nos espera.
A pesar de ello la forma de plantear la próxima consulta independentista se esta convirtiendo en una ventaja para Rajoy y el PP. Cada vez que Puigdemont aparece ante los medios tejiendo públicamente el entramado del futuro País Catalán, la certeza de los votantes populares se consolida, la constante infidelidad de los votantes socialistas sigue en su línea y se consolida, y los que llevan varias consultas electorales cambiando su voto desesperados e indecisos llegan a la convicción de que con este panorama, conviene arriesgar lo menos posible.