A diferencia de otros países, este tipo de acciones son relativamente habituales en Amsterdam, desde los años sesenta, normalmente para protestar contra los promotores inmobiliarios. Sin embargo, desde 2010 esta prohibida esta práctica y el gobierno comenzó a evacuar muchos edificios invadidos por los ocupantes. Desde 2010, 330 edificios han sido liberados de los ocupantes. Sin embargo, el caso de ayer, en el piso de un prominente empresario, carecía de precedentes.
En Amsterdam, como en otras ciudades, ha habido quejas por la fuerte presencia de turistas. Pero el auge de Airbnb (y de Booking, que aunque no se especializa en este tipo de oferta, también la comercializa) ha recrudecido las protestas. Ciertas zonas de la ciudad se han convertido en territorio al que no acceden los residentes, por la sobreoferta de alquiler de este tipo.
Sin embargo, en Amsterdam el gobierno ha tomado medidas contundentes, como que sólo se puede alquilar un piso durante 60 días al año, y todo el que alquile debe estar dado de alta ante las autoridades, informan desde el digital.