Noriega gobernó Panamá con mano de hierro durante seis años hasta que una operación militar estadounidense puso fin a su dictadura. En diciembre de 1989, 20.000 soldados americanos tomaron la capital para deponerlo. Noriega tuvo relaciones con la CIA hasta que fue acusado de narcotráfico. En enero de 1990 se entregó y fue conducido a Estados Unidos. Cumplió 21 años de una condena de 40. Después fue extraditado a Francia. Regresó a Panamá, enfermo y en silla de ruedas, en 2011.