El agresor tiene múltiples antecedentes (agresión homófoba, tiroteos…), ha estado en la cárcel hasta enero de este año y forma parte de grupos fascistas.
La víctima no quiso poner denuncia, por eso no fue detenido, pero sí se abrió un expediente. El agresor se volvió a Sevilla antes del partido, probablemente temeroso de posibles acciones contra él.