Cada día vemos en los telediarios las trágicas noticias sobre el maltrato femenino, discriminaciones de género y temas variados sobre la discriminación sexual en todo Europa y América, por no hablar claro está sobre países del tercer mundo, donde el papel de la mujer sigue siendo casi nulo.
Muchas veces lo relacionamos con las clases medias más bajas, pero estoy convencida que muchas de Uds. Lo han vivido en sus propias pieles en más de una ocasión. Ese jefe que no tiene en cuenta tu opinión por el mero hecho de ser mujer, ese padre que hace que realices las tareas domésticas por encima de tus hermanos hombres, o ese marido que no tiene en cuenta tu voz.
Pero ¿es simplemente un problema de las clases sociales más desfavorecidas?. Por supuesto que no, son muchas las mujeres de cualquier clase social, quienes sufren diariamente la discriminación de género en su día a día.
En mi caso lo veo a diario en las empresas, donde el número de ejecutivas de alta dirección sigue siendo menor que el de hombres y que en una junta directiva donde hay hombres y mujeres, siguen emponderándose los hombres por encima de las mujeres.
No obstante la pregunta va más allá, ¿qué podemos hacer las mujeres para cambiar esta situación?.
Pues bien señoras y señores, la solución está en nuestras manos. Mientras que siga habiendo mujeres florero, que disfruten de serlo, al estilo la Señora Trump y no luchen día a día para que su voz se escuche, seguiremos así.
No es un tema de igual, detesto ese término, es un problema de saber estar en cuerpo mente y espíritu en donde estamos, sin tener miedo de que haya un hombre a nuestro alrededor que nos caya la boca, o sin pretender acomodarnos a la sombra de uno de ellos, porque hoy en día, han cambiado mucho las cosas y las relaciones ya no duran lo que duraban antiguamente y en cualquier momento, puedes dejar de ser una de esas mujeres florero por ser sustituida por otra.
Es necesario emponderarse, hacerse fuerte, creer en el “empowerment femenino” y estar convencidas realmente que tenemos algo interesante que decir, que nuestras vidas tienen y cobran valor, aunque estemos solas y que podemos y sabemos hacer las cosas de otra manera.
El trabajo comienza en cada mujer que esté leyendo este artículo esta mañana y para ello vamos a realizar formaciones de “Empowerment femenino” desde el próximo 21 de marzo.
Porque todo comienza con que las mujeres nos lo creamos y sepamos como posicionarnos en el mundo. Si nosotras mismas no creemos en nosotras, ¿cómo van a creer los hombres?.
Comencemos con aprender a cuidar nuestra salud física y mental, ya que está comprobado que las enfermedades cardiovasculares provocadas por el stress y la ansiedad que generan las tediosas jornadas de muchas mujeres, ya superan el número en las mujeres, por encima de los casos masculinos.
Comencemos por aprender a que se nos escuche sin tener que levantar la voz, a tener presencia en el día a día, tanto personal como profesionalmente.
Es un trabajo de todas nosotras y no debemos culpabilizar a la sociedad, ni a los políticos ni a los hombres que nos rodean, sino que debemos tomar responsabilidad en nuestros actos diarios y así poco a poco comenzaremos a cambiar nuestra realidad. ¿Te comprometes contigo misma para seguir creciendo?.