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Gestación subrogada o la mujer como recipiente

jueves 16 de febrero de 2017, 03:00h

La “maternidad subrogada” o “gestación subrogada” es el eufemismo que esconde la utilización de la mujer como un mero recipiente o vasija objeto de alquiler.

Esta práctica, que quiere regular Ciudadanos y que se debate actualmente en el seno del Partido Popular, consiste en que una mujer, por medio de un acuerdo, acepta gestar en su vientre un niño por encargo de otra persona o pareja, con el compromiso de que, una vez llevado a término el embarazo, entregue el bebé a la pareja o individuo renunciando a la filiación que le corresponde sobre el recién nacido.

Lo que algunos consideran como “progreso” otros lo consideramos un atentado contra la dignidad de la mujer. Somos los mismos que consideramos que la dignidad humana constituye el criterio básico de referencia para evaluar las nuevas tecnologías genéticas y reproductivas. Con los vientres alquilados se convierte a las mujeres en objetos de consumo sujetas a tráfico mercantil, deshumanizando la misma esencia del origen del ser humano como es la concepción y gestación, haciendo prescindible, o simplemente secundario o accesorio, no tan sólo la relación amorosa o afectiva, sino el mismo acto sexual.

El Parlamento Europeo ha condenado la práctica de la subrogación de los vientres de alquiler, sin distinguir si se alquila a la mujer de forma “altruista” o con “ánimo de lucro”. De hecho pidió a los Estados miembros que reconocieran el grave problema de la “gestación subrogada”, la cual constituye una explotación del cuerpo femenino y sus órganos reproductivos, con mayor riesgo, por cierto, en el caso de las mujeres vulnerables en los países en desarrollo. Más recientemente, el 30 de noviembre de 2015, el Pleno de la cámara europea aprobó el Informe Anual sobre los Derechos Humanos introduciendo la condena a la práctica de la maternidad de alquiler, al atentar contra la dignidad humana de la mujer, de su cuerpo y sus funciones reproductivas, al utilizarse, en definitiva, como una mercancía. El Parlamento Europeo considera que la práctica de la subrogación gestacional implica la explotación de la reproducción y el uso del cuerpo humano ya sea con fines de lucro o de otro tipo debiendo estar prohibida y tratada como una cuestión de urgencia en los instrumentos de derechos humanos.

Si hay algo que realmente puede llevar a la explotación e incluso a un nuevo tipo de esclavitud de las mujeres es esta práctica. Esperemos que no llegue nunca a aprobarse en nuestro país este nuevo paso de ingeniería social.

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