Nefasto Obama
jueves 02 de febrero de 2017, 09:59h
Ahora que todos los medios de comunicación, con pocas excepciones a nivel nacional e internacional, y todos los partidos políticos españoles con representación parlamentaria, sin excepción, cargan contra Donald Trump “por lo que va a suponer su política”, aún sin poder analizarla por los pocos días que lleva al frente de los Estados Unidos, quiero recordar el resultado de los años de gobierno de su predecesor, de quien sí tenemos todos los datos y resultados de sus políticas. Algo que pocos hacen. Empezando por recordar que si Trump ha ganado las elecciones en la democracia más importante del mundo ha sido porque su mensaje ha calado entre la clase media norteamericana cuyos intereses han sido manifiestamente perjudicados durante los dos mandatos de Barack Obama. En España, en cambio, desde 2004 la clase media sigue siendo vapuleada legislatura tras legislatura socialdemócrata.
La primera decisión ejecutiva de Donald Trump, el presidente que en 7 días ha cumplido más promesas electorales que Rajoy en 8 años, ha sido paralizar la implantación del seguro estatal ideado por Obama hasta que el nuevo Congreso se pronuncie sobre su reforma o derogación. El “Obamacare” fue una de las medidas estrella de la anterior Administración y objeto de un gran rechazo por parte del contribuyente medio estadounidense. Ha generado un encarecimiento de los seguros médicos que ha supuesto un descenso medio de los sueldos de 1.200 dólares.
A esto hay que sumarle una subida de tasas e impuestos indirectos que va a suponer 100.000 dólares por hogar a lo largo de la próxima década. Y, a pesar de todos estos costes, aproximadamente 27 millones de personas siguen sin cobertura sanitaria.
El indicador en el que suelen fijarse los partidarios de Obama es la tasa de paro. Durante su presidencia, la desocupación bajó al 5% (en 2008 estaba en el 6%), lo que a priori parece apuntar un cambio a mejor. No obstante el grueso del empleo reado en EEUU a lo largo de los últimos ocho años fue generado en Texas, el bastión de la derecha política estadounidense.
Además, su periplo en la Casa Blanca se salda con una reducción de la población activa de más de 14,5 millones de personas. La tasa de participación es de apenas el 62% y, en consecuencia, ya hay 95 millones de personas fuera del mercado de trabajo.
Pero donde más se ha demostrado la desastrosa gestión ha sido en la política exterior de la Administración Obama – Clinton. Estos últimos ocho años han sido una concatenación de sonoros fracasos que ha llevado a EEUU a un descrédito internacional nunca visto desde Jimmy Carter, el peor presidente norteamericano hasta la llegada de Obama. La elusión de responsabilidades de EEUU en Oriente Medio, la zona más crítica del planeta por su importancia estratégica, el abandono de sus aliados tradicionales, la política de cesión con los enemigos de Occidente como el régimen iraní (patrocinador del terrorismo internacional) y dejar que la iniciativa corriera a cargo de la Rusia de Putin, han convertido al mundo entero en un lugar más violento y menos seguro.
Con Donald Trump Estados Unidos inicia una nueva era cuyo resultado tendremos tiempo de analizar, y se cierra la de Barack Obama, de quien podemos afirmar que ha sido inoperante en lo económico, muy conflictivo en lo social (ha llamado la atención la escalada de violencia racial en estos años de gobierno del primer presidente negro de EEUU), y errático, cuando no cobarde, en el exterior, cuya consecuencia más inmediata es el auge del islamismo.
No iba mal encaminada Leire Pajín con aquello del “acontecimiento histórico planetario” que suponían los mandatos coincidentes de Zapatero y Obama.
Histórico por lo nefasto de sus políticas. Al menos en USA se han dado cuenta y han cambiado de rumbo político, democráticamente, aunque la izquierda cerril no lo respete. Como es habitual cuando pierde, por cierto.