Cuando se empleó sólo o en combinación con quimioterapia en ratones, su "receptor señuelo", llamado MYD1-72, mostró una mayor capacidad para reducir o detener el crecimiento del cáncer que otros tratamientos y dilucidó un mecanismo previamente desconocido en el cuerpo. En los ratones, cuando los investigadores impidieron que Gas6 se uniera a su receptor nativo, Axl, las células cancerosas comenzaron a liberar moléculas dañinas para el ADN, causando la muerte de las células, lo que sugiere un método potencial para mejorar los enfoques terapéuticos actuales.
"Incluso, pudimos conseguir que algunos animales se curaran, incluso los que comenzaron con enfermedad metastásica extendida y agresiva", resalta el autor principal del estudio, Amato Giaccia, profesor de Radioterapia en Stanford. Los investigadores querían probar su molécula en modelos animales de cáncer ovárico y pancreático, que son difíciles de detectar en etapas tempranas.
Las opciones actuales de tratamiento para pacientes con cáncer de ovario y páncreas son limitadas y, por lo general, requieren una combinación de cirugía, radiación y quimioterapia, además de que pueden tener efectos secundarios tóxicos y raramente llevan a una cura completa. Así que los investigadores han recurrido cada vez más a otros medicamentos, como los antibióticos o pequeños compuestos llamados inhibidores de la tirosina quinasa, para usarlos con ellos.