Alberto Brito, catedrático de Biología Marina de la Universidad de La Laguna, ha asegurado que el mar de Canarias "anda mal" y ha alertado sobre la falta de conciencia ambiental en relación a la conservación del océano con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente.
El catedrático expone algunos de los problemas que considera que deben ser estudiados y valorados para poner las medidas correctoras oportunas, tras lamentar que el Estado es "muy iracundo" en la defensa de la competencia sobre el mar de Canarias, pero después "no invierte ni en su protección ni en su conservación".
"Pero tampoco las administraciones canarias ponen los medios adecuados para ello", valora Alberto Brito, ya que, aprobado el fondo europeo marítimo y el pesquero (FEMP), que contiene una importante financiación para estudios de la biodiversidad, a Canarias se le ha excluido "vergonzosamente" de la posibilidad de mejorar y revertir la situación, una consecuencia de querer excluir de las administraciones canarias la profesión de biólogo, añade.
A juicio del especialista, el declive de la conservación de la biodiversidad en las aguas canarias viene inducido por la sobrepesca, en su opinión, el principal problema que tiene el archipiélago. "La sobrepesca puede decirse rotundamente que es el mayor factor de degradación y transformación del medio marino. Ni siquiera la contaminación local podría considerarse como un factor importante de desequilibrio en relación a los cambios que está provocando la sobrepesca", asegura.
Según explica, la pesca recreativa ha crecido muchísimo y la artesanal ha disminuido: "La paradoja es que la artesanal se ha regulado mucho y la deportiva escasamente, pues las cifras oficiales de licencias para la isla de Tenerife rondan los 550 pescadores artesanales y los 35.000 deportivos. Pero es un sistema que no funciona porque no existe vigilancia, ni siquiera para la lapa majorera que tiene ahora mismo la mejor regulación legal".
La sobrepesca, insiste, no sólo tiene efecto sobre los organismos, como los peces que se capturan, sino que tiene efectos indirectos sobre el ecosistema, porque desequilibra la cascada o cadena trófica. "Cuando se esquilma una especie, particularmente los depredadores, otras dominan y se acaba desequilibrando todo el ecosistema y empobreciéndolo en su conjunto", aclara el experto.
Otro problema es que los espacios protegidos en el mar declarados ZEC (Zona de Especial Conservación) de la Directiva Europea no están bien diseñados, advierte el catedrático: "Todo el mundo sabe que el cambio climático o cambio global es una fuerza importante de transformación de la biodiversidad. Por ello es muy importante que nuestros espacios naturales y sus zonas de conservación se planteen de manera correcta y se diseñen bien para adaptarse a estos cambios", señala.
Explica que reservas marinas como la de El Hierro cumplen los requisitos; sin embargo, advierte de que en los espacios ZEC "no existe vigilancia ni ningún tipo de control ni zonas de conservación integrales. Estos espacios no tienen ningún planteamiento de regulación de la actividad pesquera y, por supuesto, carecen de zonificación".
En su opinión, el único espacio de tipo ZEC que se está diseñando con buen criterio en Canarias, con un planteamiento de gestión integral, es el de la zona oriental de Lanzarote y Fuerteventura, que incluye los bancos del Banquete y Amanay: "Es un espacio de conservación integral, que incluye muy diversos hábitat y especies en un área extensa sectorizada, es decir, que no está pensado para conservar sólo a los cetáceos, a las fanerógamas o las tortugas en concreto, sino que existe un planteamiento de conservación integral del ecosistema".
Según Alberto Brito, hay que pensar que en el mar los flujos son continuos: hay flujos de nutrientes y diásporas, desplazamiento y migración de especies; con frecuencia los animales crían en un hábitat y después se van a otros; sin embargo, considera que la actual estrategia de espacios de la Directiva Europea, que protege especies y hábitat concretos, crea una discontinuidad que no permite conservar un ecosistema globalmente.
Por tanto, aboga por diseñar espacios integrales en los que estén bien ordenados los usos, "una idea científicamente más correcta y que se ha demostrado más eficiente, productiva y sostenible". Actualmente, señala, zonas de protección como la del sur de Tenerife o los sebadales de Fuerteventura "no son buenos sistemas de conservación marino, porque no plantean un sistema de gestión integral".
Y prosigue en cuanto a los problemas del mar en Canarias, pues "si se pone en contexto lo dicho anteriormente y se valora la sinergia entre las fuerzas transformadoras locales en los mares con el cambio climático, el problema se agrava, ya que está aumentando la temperatura y el nivel, a la par que el pH está disminuyendo debido al aumento de la absorción de CO2, dificultando, como primera consecuencia, la formación del esqueleto en los organismos con estructura calcárea".
TROPICALIZACIÓN E INTRODUCCIÓN DE ESPECIES
El catedrático asegura, además, que como consecuencia del cambio climático y del aumento de la temperatura se ha favorecido la llegada de organismos tropicales con mayor frecuencia, algunos por sus propios medios de dispersión, pero otros a consecuencia de las actividades humanas, como el coral de fuego, que ha llegado al archipiélago transportado entre la fauna incrustada en los barcos.
Añade que las plataformas petrolíferas navegan más lentas que otras embarcaciones y aportan nuevos peces tropicales y algunos corales que podrían competir con la biota canaria. Y si bien admite que ésta es una actividad que genera mucho dinero y puestos de trabajo para Canarias, "lo cual genera la discusión entre el coste-beneficio ambiental y la repercusión social y económica", dice que sería necesario que se tomaran las debidas medidas correctoras para mitigar este proceso.
En cuanto a la contaminación del mar, considera que no es un problema generalizado, "sino focos concretos que hay que corregir pronto". Sin embargo, destaca que la de los plásticos "sí que es importante y global, porque es una contaminación que viaja, que se sale de lo local y se extiende por el mundo".
En este sentido, hace hincapié en que debido a la degradación en el mar, se convierten en microplásticos, lo cual facilita que se incorporen a nuestro organismo a través de la cadena de alimentación de las distintas especies marinas.