Un estudio pionero de los patrones de sueño de todo el mundo combina el modelado matemático, aplicaciones móviles y grandes datos para analizar los papeles que juegan la sociedad y la biología en la fijación de los horarios de sueño.
Entre sus hallazgos, destaca que las presiones culturales pueden anular los ritmos circadianos naturales, con los mayores efectos mostrándose a la hora de acostarse. Aunque las responsabilidades matutinas, como el trabajo, la escuela y los niños, juegan un papel en el momento de despertarse, los investigadores dicen que no son el único factor.
"En general, parece que la sociedad gobierna la hora de dormir y el reloj interno de uno gobierna el tiempo de vigilia, y acostarse más tarde está vinculado a la pérdida de Las presiones sociales alteran el ritmo natural de sueño", dice uno de los autores del trabajo, Daniel Forger, del Departamento de Medicina Computacional y Bionformática de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Michigan, Estados Unidos.