Han sido varias las personas que en el transcurso de esta semana me han hecho el mismo comentario. Todas ellas muy distintas entre sí, con distintas profesiones, sexo, estatus social e, incluso, inteligencia. Pero la frase ha sido muy similar: “yo me voy… me voy de éste País” o, “ yo me iría.. si pudiera”
La sensación de caos, de desamparo es tan grande entre la ciudadanía de a pié y sin embargo, no se dan cuenta.
No se dan cuenta los que están negociando nuevos gobiernos, absortos a diario consigo mismos, las noticias que autogeneran, leen por la mañana ávidos de protagonismo y contra las que despotrican entre dientes al acostarse por la noche.
No se dan cuenta los que publican, redactan o comentan las noticias en el ejercicio de su profesión porque seguramente, nunca antes, fue tan comprometido, tan auténtico, ser periodista. Porque el periodista ahora también es noticia cada día.
No se dan cuenta los que trabajan alrededor de los que generan la noticia o la difunden, porque el juego entre ellos en relativamente sencillo: se trata de vivir con la cabeza dentro de una pecera en la que sólo hay sitio para un mundo inventado
Como si la vida, como si el día a día, se redujera a escudriñar entre la basura a la que pretenden acostumbrarnos.
O sea que nos largamos, y seremos muchos. Algunos en sueños solamente, y otros un rato. Pero lo haremos, porque este País o esta mezcla de Países obsoletos y Países embrionarios, nos aburre y nos preocupa.
Es tanta la división política y social en este momento, que no nos quedará más que apechugar con unos años caóticos, hasta que nos demos cuenta de nuevo de que no hay más Patria, más hogar, más País, que aquel que no enfrenta a unos contra otros.
Que no seamos capaces de entender que la globalidad significa algo más que palabras en un discurso, que ser ciudadano del mundo es mucho más enriquecedor y solidario, es frustrante.
Por esto nos largamos, con las piernas, con el corazón o con la mente. Cada uno a su manera, se largará, para no ser testigo del ridículo que estamos haciendo, y sobretodo, para no cargar con las consecuencias de la paranoia colectiva que tiene paralizadas nuestras instituciones.
Si (
No(
