El PSOE se halla frente a una encrucijada en la que en buena medida se juega su futuro. Parece claro que tras el posicionamiento adoptado por Pedro Sánchez de oponerse a la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, el Partido Popular, pese a ser la fuerza más votada y aunque cuente con el respaldo de los 40 diputados de Ciudadanos o de algún otro grupo, no alcanzará los apoyos necesarios para ser investido ya que serán más los votos en contra que los votos a favor.
Podemos quiere acabar con el PSOE y es fácil que eso suceda si Sánchez pacta con Pablo Iglesias
Si eso sucede, y muy previsible que así suceda, corresponderá a Pedro Sánchez intentarlo, lo cual pasa por un pacto con Podemos, la fuerza emergente que pugna por arrebatarle el liderazgo de la izquierda. Como bien apuntó Susana Díaz, Podemos quiere acabar con el PSOE y es fácil que eso suceda si Sánchez pacta con Pablo Iglesias y con los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya y de Democràcia i Llibertat, para alcanzar el Gobierno, a costa de permitir un referéndum de autodeterminación como le exigen las citadas fuerzas políticas y también Podemos.
Podemos ha cantado jaque al PSOE. Si los de Pedro Sánchez se abstienen en una votación de investidura de Rajoy, permitiéndole iniciar su segundo mandato aunque sea sin armar una mayoría parlamentaria, tendrá un coste brutal entre su electorado. Pero también lo tendrá si pacta con Podemos un referéndum de autodeterminación a cambio de la presidencia del Gobierno. De entrada el partido se muestra muy dividido, lo que es una mala noticia para los socialistas. La líder el PSOE andaluz, Susana Díaz, ya ha hecho saber a Sánchez que no aprueba un pacto con Podemos.
Los socialistas son conscientes de que están ante el precipicio y que cualquier paso en falso les puede conducir al abismo. Vean si no el caso del partido socialista griego, relegado a la sexta fuerza política del país desde la irrupción de Syriza, la formación hermana de Podemos.
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