Un innovador estudio sobre la navegación de las carabelas portuguesas está en marcha, utilizando drones para seguir sus trayectorias y así comprender mejor sus patrones de movimiento. El Instituto Universitario de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (ECOAQUA), perteneciente a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), ha lanzado la primera campaña de observación de esta especie en aguas canarias, en el marco del proyecto PHYSALIA.
El objetivo principal del proyecto ‘Evolución de la Navegación Biológica a Vela’, conocido como PHYSALIA, es analizar cómo navegan las carabelas portuguesas para mejorar las predicciones sobre su llegada a las costas. Este organismo, que es pariente de las medusas, presenta un comportamiento poco comprendido, pero su frecuente aparición en las playas canarias genera preocupaciones entre los bañistas.
Investigación interdisciplinaria
El equipo detrás del proyecto está compuesto por oceanógrafos, ecólogos evolutivos e ingenieros que están llevando a cabo observaciones in situ. Estas observaciones se integrarán en modelos que considerarán variables como el viento y las corrientes marinas, permitiendo simular la dinámica poblacional de esta especie en un entorno virtual.
La campaña de observación se extenderá hasta el 17 de marzo y abarcará diversas localizaciones en Gran Canaria, incluyendo Las Canteras y Taliarte. Desde esta semana, los investigadores han comenzado a realizar vuelos con drones para registrar las trayectorias de navegación de las carabelas.
Novedades tecnológicas en el seguimiento
Según May Gómez, directora de EOMAR y líder del proyecto por parte de ECOAQUA, este enfoque representa una iniciativa científica sin precedentes desde hace 70 años. “En aquel entonces, investigadores ingleses realizaron un seguimiento limitado desde una embarcación. Ahora utilizamos drones y boyas equipadas con sensores para entender mejor los desplazamientos de estas fragatas”, explicó Gómez.
A diferencia del estudio histórico que solo analizó unos pocos ejemplares, el actual busca seguir aproximadamente a 50 carabelas para obtener datos estadísticamente significativos. “Conocer cómo se desplazan y qué velocidad alcanzan nos permitirá prever cuándo llegarán a nuestras costas”, agregó la investigadora.
Colaboración y desarrollo futuro
EOMAR también colabora en el seguimiento mediante drones y proporciona información sobre la estructura biológica de los ejemplares. Los investigadores han logrado cultivar carabelas en un entorno controlado durante 21 días, lo que les ayuda a investigar su fisiología antes de liberarlas nuevamente al océano.
Al finalizar cada sesión de observación, se toman fotografías submarinas para medir los tentáculos y se realizan mediciones morfométricas a cada espécimen. Dada la fragilidad de estas criaturas, no es posible colocarles sensores directamente; sin embargo, se planea desarrollar réplicas que puedan ser monitoreadas en futuras fases del estudio.
Este ambicioso proyecto cuenta con financiamiento de la Agencia Estatal de Investigación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades del Gobierno español, con un plazo que culminará el 31 de agosto de 2027. Además, incluye la colaboración con la red REDPROMAR. Participan también destacados investigadores como José Luis Acuña, Fernando González Taboada y Laura Prieto.