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Los insondables escenarios del futuro político español

Por Jesús Antonio Rodríguez Morilla
domingo 09 de febrero de 2025, 23:14h

Electorado: ¿Inercias, apatías, resignaciones?

Ya comenzaron algunos “Tramoyistas”, es decir, el “staff” de los Partidos políticos bajo la dirección de sus respectivos “gurúes” a pergeñar desde el pasado Julio de 2023 una solución política audaz que aún se mantiene, a pesar de que muchos interesados la aventuraban “cortoplacista”, aunque algunos analistas, este término al menos lo calificásemos por aquel entonces de dudoso.

La secuencia de eventos es conocida y, debido al agotamiento mental, evitamos reproducirla. Un supuesto futuro hasta 2027 se desarrollaría por el actual Gobierno con más posibles sorpresas políticas, buscando un papel coprotagonista a expensas lógicamente de los resultados judiciales por suscitarse.

Cabe pues, si les parece, plantear una especie de tablero en el cual situaremos algunos supuestos de interés general:

1.- Regeneración política: ¿mito o realidad?

Más bien, “entelequia”, la regeneración política parece una excepción más que norma.

Sin una renovación de liderazgos, criterios y programas, la política española seguirá marcada por bloques enfrentados, crisis de gobernabilidad y una ciudadanía cada vez más escéptica.

Probablemente existan para el elector otros liderazgos reformistas, pero semi ocultos y sin apenas relevancia, eclipsados por sus propios compañeros de bancada.

El sistema premia a quienes manejan bien las dinámicas de poder, más que a los perfiles reformistas.

Sobre este punto, si no hay una gran crisis o un colapso político que fuerce el cambio, los partidos seguirán girando sobre sí mismos, reciclando caras y discursos, en cuyo caso, un “EFECTO PENDULO” el cual comentamos en el siguiente punto, actuaría más por descarte que por verdadera ilusión de cambio.

Las ambiciones dentro de los partidos actúan como un freno, sin pensar en el interés común, sino en estrategias de poder, pactos tácticos y cálculos electorales. Así, la opinión pública se ve arrastrada falta de opciones realmente inspiradoras

2.- Un posible “EFECTO PENDULO” y sus consecuencias.

En diversas ocasiones me he referido a tal figura, cuya acción consiste según Rodrigo Borja, en que esta Ley muestra de forma gráfica al referirse al movimiento dialectico que suele producirse en una oscilación de las cosas políticas de un lado a otro, y, se expresan en al ámbito electoral, ganando una Elección un partido y la próxima la gana su oponente. Alternan oposición y Gobierno, bien mediante bipartidismo, coaliciones, o giro a la abstención.

Nos podemos imaginar los efectos péndulos frente a independentistas, o terceros, pues no suele funcionar hasta que existe una clara alternativa que moviliza el voto en contra del gobierno.

Sin embargo, el auge de partidos bisagra (Vox, Sumar, incluso el propio PP en ciertas regiones) complica una oscilación limpia entre bloques.

El independentismo, aunque dividido, sigue siendo un factor determinante y puede condicionar pactos futuros.

La abstención es un factor clave: el hastío con la política puede hacer que una parte del electorado se quede en casa en lugar de reforzar el péndulo.

3.- Posibilidades de éxito de un gobierno derechista en contexto Electoral.

El descontento con el gobierno actual podría favorecer a la derecha, pero su éxito dependerá de su capacidad para presentarse como alternativa viable y no solo como reacción al desorden.

Si la derecha cae en sus propios vicios políticos (falta de consensos, luchas internas, escándalos), su llegada al poder no garantizaría estabilidad ni gobernabilidad.

Una estrategia de “salvar a la Patria” frente a independentismos o crisis institucionales podría movilizar votos, pero si no aporta soluciones concretas, podría enfrentarse a un rápido desgaste.

4.- Continuidad o Més del Mateix (más de lo mismo).

Ya se nos han ofrecido en los últimos tiempo suficientes ejemplos sobre formas de gobierno tanto de unos como de otros, por lo que se da por valido lo anteriormente expuesto sobre cansancio mental.

5.- ¿Una presión suficiente de la Sociedad Civil, y Medios de Comunicación podría forzar la regeneración desde fuera de los partidos?

En cuanto a lo primero, distintas apreciaciones abogan, por lo contrario. El Cuerpo Electoral parece cada vez más dividido entre la resignación y la inercia, sin un motor real que lo impulse, hacia el cambio.

No existe un líder como verdadero modelo político, ya que las estructuras de poder bloquean su aparición o lo diluyen antes de que tome relevancia.

Lo segundo, resulta difícil valorar ante unos medios de comunicación sujetos entre la polarización o sujeción a intereses económicos o partidistas.

6.- Resumen final.

Sin la reconfiguración del sistema, todo apunta a una repetición de los mismos ciclos políticos.

Algunas circunstancias económicas, la falta de inversión y el desgaste de las estructuras actuales acabarán empujando a las distintas capas sociales a reaccionar, de una forma u otra. No es cuestión de forzar el cambio, sino de que llegue su momento, pero quizás tardíamente.

Mientras tanto, toca observar, reflexionar y, sobre todo, no perder la capacidad de pensar por uno mismo. Como decía Unamuno: "El progreso consiste en renovarse", pero cada cual a su ritmo. O bien, Ramón del Valle Inclán con su lucidez afilada y visión esperpéntica de la realidad.

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