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Grupo de Teatro Amistad

Por Daniel Molini Dezotti
martes 17 de diciembre de 2024, 14:39h

El viernes 13 de diciembre, apenas terminada la función “La tía de Carlos” en el Círculo de Amistad XII de Enero, sentí una especie de pulsión por expresar mi agradecimiento.

No era nueva esa necesidad, había nacido un par de días antes, cuando asistí, en la iglesia de San Francisco de Asís, a la representación, por el mismo grupo, del “Auto de los Reyes Magos”.

En el templo, preparado como un magnífico espacio, los actores, en la "piel" de santos y profetas, pastores, pajes, Reyes Magos, y vírgenes o adivinas, se disponían a honrar al Redentor por nacer.

Vestidos con atuendos lujosos o austeros, según sus atributos, cumplían con el mandato bíblico: anunciar, seguir estrellas y desplazarse a Belén, para finalmente entregar sus ofrendas al recién nacido.

Sonido, luces, vestuario y el coro “Nobis Vocal Ensamble”, complementaron la excelente labor del reparto, integrado por decenas de personajes que discurrían desde Nazareth u otros puntos cardinales de oriente -señalados en el templo gracias a la escenografía y la imaginación- hacia Belén.

La Parroquia de San Francisco de Asís, en el programa de mano, mencionaba los nombres de los protagonistas, al tiempo que agradecía la colaboración del Ayuntamiento de Santa Cruz.

Dos días después, volví a sentir entusiasmo, esta vez en una butaca del teatro del propio Círculo, donde San Francisco, Santa Clara o los Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar o Herodes y los profetas, habían mutado a Telesforo, Anita, Francisco, Carlos, Jorge, Servando Juncales o a un camarero, siguiendo la magia que convierte a personas con vocación y trabajo, en artistas capaces de protagonizar historias de cualquier época.

Necesitaba mostrar mi gratitud por las representaciones, y no se me ocurrió nada mejor que contar con el auxilio de una persona, profundamente conocedora de la actividad cultural del Círculo de Amistad, para que fuese ella quien me ayudase en este empeño de ponderar lo que me había impresionado.

Escribí a Ana María Díaz Pérez para comentarle mis intenciones, que no eran las de centrarme en la calidad o excelencia de las funciones, sino en el esfuerzo del grupo para conseguir el resultado premiado con los aplausos del público.

Tenía los nombres de los integrantes, lo que pretendía era prestigiar la letra pequeña, esas cosas de las que casi nunca se habla, como la entrega, el tesón, las motivaciones de los protagonistas.

No pude encontrar a nadie más informado, fue ella quien me ilustró acerca del grupo de teatro, de su formación durante la presidencia de D. Francisco Perera Molinero, y que aquella aspiración de impulsar la cultura se continuó con la actual junta directiva.

Me comentó, con respecto a la comedia representada, los meses de ensayo, muchos, cada martes y jueves, de 19:30 a 22:00, labor ardua para componentes que debían compatibilizar con sus jornadas laborales.

Funcionarios, jubilados, militares, catedráticos, trabajadores, gerente, el párroco Miguel Angel Navarro Medero, todos unidos por la pasión en pos de un objetivo común: representar una obra de otro siglo pero vigente, siguiendo las directrices de Gerardo Fuentes Pérez.

Y todo sin ningún interés crematístico, lo que se dice una entrega “gratis total”, por amor al arte, incluso cuando los ensayos se multiplicaban al acercarse la fecha del estreno.

Cuando el viernes se abrió el escenario, y apareció, bien iluminada, una estancia de "Villa Redondela", adornada con una escenografía donde no faltaban ramas, bouganvillas, balaustres, de una factura impecable, no pude dejar de pensar en la generosidad de esa gente.

Las idas, venidas, desvelos, al tiempo invertido, fueron "abonados" con aplausos y abrazos, a los que se sumará, intuyo, la alegría que se siente cuando las cosas son solidarias y persiguen causas nobles. Es en esos casos cuando explota la satisfacción.

Ignoro si ya están pensando en nuevos repertorios, visto lo ofrecido hasta ahora no parece que ni el elenco ni el director se amilanen ante textos difíciles. Si lo consiguen, seguramente, seguirán dando placer y regalando pedagogía, como este año.

No lo digo yo, lo dicen ellos, que saben mucho más.

“Para este tiempo de Navidad, el grupo de Teatro Amistad, (Círculo de Amistad Xll de Enero. Santa Cruz de Tenerife), se ha detenido en el dramaturgo inglés Walter Brandon Thomas (1848-1914), más conocido como Brandon Thomas, eligiendo, dentro de su amplia producción, "La tía de Carlos", que fue estrenada en el Theatre Royal de Suffolk (Inglaterra), el 29 de febrero de 1892, obteniendo un éxito abrumador.

Con el título original Charley's Aunt, se paseó por todo el mundo, llegando incluso al escenario de Broadway. En una de las tantas representaciones, Brandon Thomas encarnó al personaje de la inesperada tía de Carlos, la rica brasileña que irrumpió inesperadamente en aquella fiesta.

Esta obra se estrenó en el Teatro Español (Madrid) en 1908. Luego llegaron las versiones, como las cinematográficas, danesa (1959) y española (1981), dirigida por Luis María Delgado e interpretada por el siempre recordado Paco Martínez Soria (1902-1982)

Y hablando de versiones, hoy, nuestro grupo de teatro, nos ofrece precisamente la suya, después de haber hecho un análisis de la misma, de su autor, de las posibilidades de adaptación, superando, en este caso, cualquier circunstancia actoral y material. Sin perder la gracia natural de sus personajes, han asumido la realidad divertida, disparatada y enredadora de todo el desarrollo argumental”.

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