Vacío emocional, soledad o insatisfacción generalizada pueden ser algunas de las consecuencias del consumismo navideño
El Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife alerta de la posibilidad de padecer ansiedad financiera con la llegada de la Navidad. En este sentido, la psicóloga colegiada y portavoz del COP de Tenerife, Tamara Cabrera, insiste en la necesidad de aprender a gestionar estas fechas de forma sana para la salud mental.
Cabrera señala que “con la llegada de la Navidad aumentan las compras, las reuniones con familiares y las cenas con amigos, generando así un período repleto de emociones y expectativas que es importante saber manejar para poder evitar posibles efectos negativos en nuestro estado emocional”.
“De manera general, la sociedad suele proyectar altas expectativas en este período, alejándose así de la realidad que realmente vivimos y, por tanto, repercutiendo directamente en nuestra autoestima, al no cumplir con lo que se espera o con lo que creemos deberíamos ser o tener”, explica.
En este sentido, Cabrera detalla que “es vital no caer en el excesivo consumismo de estas fechas al intentar vivir por encima de nuestras posibilidades, gastando más de lo que ingresamos y generando así una gran ansiedad financiera que aparece una vez terminan estas fiestas”. “Vacío emocional, sensación de soledad o insatisfacción generalizada pueden ser algunas de las consecuencias tras este periodo”, añade.
“Cómo vivimos los adultos estas fechas repercute directamente en cómo lo vivirán los más pequeños de la casa. Transmitirles valores como la gratitud, la generosidad, la solidaridad o el amor a las tradiciones familiares será clave para que puedan tener una percepción más sana de la Navidad y no únicamente orientada a recibir regalos”, detalla.
Cabrera insiste en que “hiperregalar a los niños repercute directamente en sus valores y en su salud mental, al no enseñarles a valorar lo que reciben, no aprender a elegir y no saber discernir entre necesidades o apetencias”. “Este exceso de regalos probablemente no se corresponderá con la vida diaria que tengan en un futuro, así que al regalarles en exceso les estamos generando también una menor tolerancia a la frustración”, añade.
Para evitar que los más pequeños sufran las consecuencias de recibir muchos regalos, Cabrera recomienda enseñarles a pedir. “Una buena técnica es pedirles que nos señalen algo que les hace mucha ilusión y sería su regalo estrella, otra cosa que consideren útil para el día a día, un regalo que puedan compartir con amigos y familiares y, por último, otro que fomente el desarrollo cognitivo como la lectura o la música”.