Frente a sus seguidores eufóricos, Trump ha proclamado: "Es el movimiento político más grande de todos los tiempos. No descansaré hasta lograr una América próspera y segura. Esta será la era dorada de Estados Unidos".
El impacto de su regreso también se extiende globalmente, transformando las relaciones internacionales. Sus políticas podrían modificar alianzas estratégicas y cambiar la dinámica en Europa, China y Medio Oriente, con una OTAN que afronta ahora un panorama incierto.
En este panorama, figuras como Vladimir Putin y Viktor Orbán encuentran respaldo en la ideología de Trump, que entiende la política exterior y la economía como un juego de suma cero.
Con esta victoria, Trump logra algo que sólo había conseguido un presidente: cumplir dos mandatos no consecutivos. El primer presidente en hacerlo fue Grover Cleveland, quien sirvió como el 22º y 24º presidente de los Estados Unidos entre 1893-1897 y 1885-1889.
Para muchos, esta victoria implica un cambio profundo en la política estadounidense y un giro hacia una visión de mundo basada en los intereses permanentes de Estados Unidos en un entorno global inestable.