Dice Soledad Gallego que uno de los problemas que tiene Sánchez es que la oposición no ofrece alternativas de Gobierno. Esto sería correcto si el PP no fuera el partido más votado del arco parlamentario, si no existieran el precedente del no es no y la historia política que lo llevó al poder, después de ser expulsado de su partido y regresar con la escolta de Ábalos y Koldo para iniciar la reconquista. Si no fuera porque prometió a los electores no gobernar con quien gobierna, ni traspasar las líneas rojas que le impuso un Comité Federal que fue laminado tras su regreso.
Esas alternativas de Gobierno no son tales cuando se prefiere entregarse de manera prioritaria al pacto con quienes cobran un elevado peaje por su colaboración, apelando a un progresismo que no existe. Se podrá decir que la situación es complicada y de difícil solución, pero de esto a echarle la culpa a la oposición hay un gran trecho. De la misma forma son culpables los jueces cuando sus resoluciones no resultan favorables a los intereses partidarios más inmediatos y se les acusa de mediatización política. Soledad Gallego dice muchas cosas, pero todas ellas obedecen más al deseo que a la realidad.
Una política que se basa en hacer oposición al que está en la oposición y, por tanto, tiene la obligación de hacerla, es algo maniqueo en donde una de las partes siempre partirá con el hándicap de no tener razón en el debate general. Dice la periodista algo con lo que no estoy de acuerdo y es que, de salir Donald Trump elegido, esto repercutirá negativamente en el Congreso socialista. No creo que sea así, a menos que se confunda a ese órgano con el país y a su congreso con unas elecciones generales. La victoria de Trump actuará como un revulsivo a nivel interno a pesar de que abra algunas expectativas a la extrema derecha. Si gana Kamala las cosas serán algo diferentes, pero sin la esperanza de que la posición sobe Oriente Medio vaya a cambiar sensiblemente.
Dicen que las últimas resoluciones judiciales alargarán el proceso de Begoña. Entonces no sirvieron de nada los cinco días de reflexión ni el sacrificio del Fiscal General poque la agonía seguirá unos cuantos meses sin que nadie pueda pararla. Ahora El País ha decidido publicar los videos de la serie de exaltación de la Moncloa, después de que las cadenas generalistas han rechazado su emisión. En la Moncloa todo marcha sobre ruedas pero los trenes siguen sin llegar a su hora y la vivienda ha subido un 10%, según un informe del Banco de España, ahora controlado por Escrivá; y todo ello debido a la aprobación de algunos decretos topando los alquileres.
Las cosas no van bien, pero no es porque la oposición no arrime el hombro. La oposición consiguió sacar adelante el reconocimiento de González Urrutia en Madrid y en Bruselas. Explicó las razones de por qué lo hizo, que, dicho sea de paso, son entendidas por todo el mundo. Los que votaron en contra aún no han sabido explicar con claridad por qué lo hicieron, de la misma forma que no aclaran qué traía Delcy en las maletas, qué hacía Ábalos en Barajas y qué pintaba en todo esto Víctor Aldama acompañado de Koldo García. Habría que explicar un poquito estas cosas y después pedir alternativas a la oposición.